El rastro de sangre causado por los médicos primigenios (Ur-Jacker) se encuentra esparcido por toda Europa hasta hoy día, la clase de los médicos (Jackerklasse) de toda Europa desde el Gulag hasta la España socialista. Son merodeadores y sádicos en la retaguardia en la estela de la clase de los médicos.

En Luxemburgo hay un tal Jean Huss, profesor de colegio y pequeño miembro de una mini fracción, quien ahora quiere procurar a la clase de los médicos su ley de exterminio contra la gente estigmatizada como caída en desgracia, contra los ancianos, enfermos y débiles.

Fracasado durante 12 años y recientemente otra vez, ahora hace chanchullos en círculos secretos para otro intento de procurar la ley asesina a sus colegas de asociación y colegas médicos en las clínicas. Al pedirle cuentas y explicaciones en la calle –él tiene 5500 firmas en su contra– este político altamente paranoico se ve acosado (gemobbt) y perseguido. ¡Uy, qué horror, qué susto!

Pululan las ideas sobrevaloradas y las ideaciones ideológicas egocéntricas en este señor profesor de secundaria Huss. Muestra rasgos psicopáticos esténicos, tal como perseguir el proyecto ley asesino desde 1996 hombro con hombro con sus compinches médicos. Quien quiere decretar y prescribirles a los demás la muerte por ley, éste es un peligro para todos. A quien es un peligro para los demás se le prescribe psiquiatría, se le condena a perpetuidad.

De todas maneras ya está fuertemente marcado por defectos corporales (enanismo). Es bien sabido que eso es sobrecompensado, también según Alfred Adler. Esto pertenece tanto a su dotación hereditaria y genética como su nombre. Una vez se llama Jean Huss, otra vez Jan Hus, según quepa al asesinar o no. Una válvula para un raptus cholericus está rápidamente a la mano para un psicópata empedernido. Por otra parte, una crisis de identidad pertenece al arsenal de la psicología de neurosis. El raptus cholericus altamente peligroso para los demás está continuamente al acecho, también y precisamente entre colegas médicos. Faltan por completo indicios con respecto a la posibilidad de un dominio manejado o controlable de los afectos (Alfred Adler, etc.), como se ha demostrado por ejemplo con ocasión de la recolección de firmas de 5500 conciudadanos rectos y con ocasión de sus ataques de acoso (mobbing) de su entorno médico asesino. Ni siquiera por este su entorno médico próximo a él (Hausmacht) se ha dejado refrenar ni mover a la moderación y reserva. Lo que esta vez es la expresión fuera de lugar "acoso (mobbing)", puede ser la próxima vez el amok incluso contra sus colegas médicos. En la ascendencia del "acosado" ("Gemobbten") se encuentra un Jan Hus, en aquellos tiempos descuartizado y quemado en la hoguera en Constanza. Desde hace mucho el asunto está biogenéticamente más allá de los comienzos. Cortar los comienzos ya no hay lugar para ello.

¿Es él un alarmista de izquierda o un terrorista de izquierda? Merodeadores y bribones y cobardes sádicos prestados de la clase médica son todos ellos, él y otros sádicos cobardes, evadidos a la España franquista, allí todavía hasta los años 90, bajo los socialistas.

Huss tiene que ser cesado de todos sus cargos públicos incluso la privación de todos sus derechos civiles, inmediatamente y en el acto. Esto es lo mínimo. Ya tiene 5500 firmas en su contra.