Contra el misticismo:

Jacques Lusseyran: La luz recuperada (Y la luz se hizo)

Él no sabe nada de eso, el "vidente": gracias a la clase médica ceguera total.

En vista de los objetivos de exterminio contra la enfermedad ha luchado contra la clase médica, por la clase médica fue traicionado y mandado al campo de concentración. En razón de la suerte y la fortuna de la enfermedad, aprendidas desde la ceguera, vence sobre la muerte de los campos de concentración.

Autodidacta en la sensibilidad telúrica al calor, intelurencia es el resultado correspondiente. Conexión con el cuerpo singular con sombreados coloridos y figurativos sobre la base del infrarrojo a través de la activación del tejido fluido sangre por vía del control de la respiración. El rojo percibido como frecuencia portadora termomimética es también en casos de mala visión cercana a la ceguera la primera impresión principal indolora en el encuentro con el exceso lumínico exterior y su objetividad irritante.

Quien no sabe nada del concepto de la enfermedad y de la anticipación de la especie, dice espíritu. Lusseyran admite en sus reflexiones por lo menos la posibilidad de que con respecto al espíritu se podría tratar también de una materia, de algún tipo de materialidad. Sin el modo de proceder que pone conscientemente en práctica la inversabilidad de la enfermedad, esta concesión no aporta nada al asunto.

No diferente de un Aldous Huxley, ideológicamente él quedaba siempre objeto de la traición de clase y a pesar de la lucha práctica contra la clase médica dominante también sin el componente revolucionario-subjetivo vivía con holgura. La sociedad que encontraba simplemente no ha seguido lo bastante a menudo las teorías sociales, que para él todavía como estudiante de élite habían sido tan convincentes. También esto le llamó la atención.

A nuestro hacer y afortunar en virtud de la enfermedad se ha añadido en Lusseyran, por así decirlo, literalmente cuando menos se piensa una confirmación singular más.

PF/SPK(H)