La clase médica se está ahogando

Para nuestra gente, también en ultramar

Recordatorio:

Sólo por nosotros el viento ha cambiado, 
abofeteando la cara de los médicos

¡Gracias a la clase de pacientes transnacional!

La clase médica se está ahogando, junto con la economía iatro-capitalista de saqueo y asesinato con su zoo de rescatistas gobernantes que se remueven de un lado a otro.

En la vorágine del ahogamiento está la Fundación alemana de Trasplante de Órganos (DSO). Nadie quiere "donar" más. La gente dice: "¡Los médicos, estos carniceros! ¡No van a conseguir mis órganos!" Tarjetas de donante de órganos, adjuntadas a las revistas para los miembros de las cajas de enfermedad, son rotas en pedazos y los trozos devueltos a las cajas de enfermedad.

El primer médico de trasplante está entre rejas por homicidio.

Para celebrar su reunión anual, la DSO tiene que esconderse a puerta cerrada, se excluye al público. Frank-Walter Steinmeier (líder parlamentario del partido SPD), el discapacitado con un riñón de menos, por eso en manos de la clase médica, es admitido y se le permite hacerles alabanzas.

Tras la estela de los médicos, ahogándose con ellos, va el así llamado Parlamento: cuatro meses después de la aprobación de la nueva Ley de Trasplantes, el Bundestag (parlamento) ha redactado una "Carta de información sobre la muerte cerebral" llevando la batuta la clase médica. Y allí afirma:

La "definición de la muerte como muerte cerebral ha de considerarse la más digna de ser preferida" (¡!), de lo contrario "una medicina de trasplantes, actualmente funcionando, sería difícilmente posible, debido a las posibles consecuencias penales".

¿Consecuencias penales? Se trata de asesinato. Quien está declarado "cerebralmente muerto", está vivo. Es asesinado con el propósito de extraerle los órganos. El médico de trasplantes es un asesino en términos de la legislación penal. El asesinato se sometió a votación, y los representantes del pueblo votaron a favor del asesinato digno de ser preferido. La sangre les llega hasta el cuello.

¡Ningún acto del Parlamento puede imponer el asesinato por ley! 

Ningún Parlamento puede decidir la muerte de 82 millones de personas, ni por mayoría relativa, ni por mayoría absoluta, ni por decisión unánime de todos los partidos. El que tiene un escaño en el Bundestag, ha sido elegido. ¡Pero no para entregar el estado a una pandilla de verdugos y destripadores, para que puedan auto-servirse con la sangre y la vida, con los cuerpos y órganos de 82 millones de personas! ¡Esta es una declaración de guerra contra su propio pueblo! El escenario bélico y campo de batalla: los cuerpos.

Gauck (Presidente de la República Federal de Alemania), a quien se le escribió en este asunto de máxima prioridad y se le requirió negarse a firmar la Ley de Trasplantes, ni siquiera ha enviado un acuse de recibo, ni mucho menos una respuesta. Buzón muerto.

Toda la autoridad del Estado emana del pueblo, dicen ellos. Con la ley de asesinato, los representantes del pueblo han introducido una nueva constitución. La nueva ley dictamina: todo el pueblo está en poder y bajo el control de la clase médica (Doctadura). El derecho de la clase médica a matar impunemente se convierte así en la norma dominante. En frente de esto está el derecho de la clase de pacientes a la revolución y el derecho de todos a la vida.

La población está cada vez más y más remitida al camino de ayudarse a sí misma. La "participación ciudadana" en los asuntos de la comunidad, por la que a menudo se clama, sólo puede consistir en estar en contra.

No puede ser una cuestión de "mejoras" (¿Reforma de la ley del asesinato masivo?, ¿segunda lectura parlamentaria? ). Un control eficaz sólo puede realizarse mediante el control de pacientes, al mismo tiempo la eliminación sin reemplazo de este negocio asesino y ¡basta con la doctadura!

Créalo o no: 15 millones de cirugías se realizan aquí cada año, los trasplantes de órganos son parte de este campo de batalla. Esto no tiene nada que ver con "atención médica". El hospital come seres humanos y escupe lucro. Los "atendidos" de esa manera son echados a la calle directamente desde la mesa de operaciones. "Alta sangrienta" (jerga médica).

Los millones de subvenciones e inversiones para esa banda de asesinos DSO son sacados de todos en forma de contribuciones obligatorias al Fondo de la Caja de enfermedad, también para cubrir la circular sobre la donación de órganos. Hace falta abastecimiento permanente para la picadora humana: corazones, riñones, hígados y pulmones fresquitos, arrancados a la gente, que ha sido matada expresamente para este propósito.

Quieren aterrorizar para así forzar consentimiento con el fin de obtener los órganos. Así lo han manifestado explícitamente. Los actas oficiales del Bundestag: "Queremos estar encima de la gente apremiándola."

¿Cogerse una úlcera de estómago por fastidiarse, ahogar la rabia en la botella, esperando que el próximo fin de semana tal vez algo finalmente suceda? Pero también se puede pensar en hacer de la enfermedad un arma revolucionaria. Podría ser también que la gente –invirtiendo la situación- se disponga a "apremiar" a los que la aterrorizan, por ejemplo, visitando la caja de enfermedad, en compañía, en persona, por teléfono, fax o e-mail, una y otra vez, o incluso dejándose caer por el Colegio Médico Federal en Berlín o en la DSO en Frankfurt, o visitando a su diputado en un paseo de domingo o en los días entre semana durante el tiempo de atención al público, etc, etc, etc y así sucesivamente.

Porque lo que se está hundiendo, necesita también un empujón. Para que se ahogue del todo.

Traducción:
PF/SPK EMF Colombia
PF/SPK EMF Espa

Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes, PF/SPK(H), 03.06.2013