El siguiente texto IATROCLASTIA O ARTE / Golem o enfermedad (Huber 1977/78) representa el núcleo aún de algunas que otras contribuciones a la discusión por parte de los participantes del frente de pacientes. La mayoría de estos pacientes de frente, por lo demás, ni siquiera se conocían personalmente unos a otros, ni mucho menos de nombre. Este texto lo tuvieron todos, solamente los contenidos eran importantes. En aquel entonces a nadie se le ocurrió siquiera preguntar quién lo había escrito. No en último lugar se debía esto a la recientemente de nuevo avivada presión por persecución contra PF/SPK(H), una persecución tanto real como maniacamente real contra el PF/SPK(H), el PF/SPK(H) en continuidad, no obstante, todavía. Con respecto al tema de la presión por persecución, compárese también los reportajes de los periódicos de aquel tiempo, nada más que reportajes del contenido: "TERRORISTAS EXCARCELADOS OCUPARON UN HOSPITAL Y TOMARON REHENES (¡Titular!). Ejercicios y maniobras de la policía, también participaron bomberos (subtitular)". Pues, también la prensa tiene su lado artístico bastante especial y su selecto gusto (pero también estos "artistas" y artificiosos "mienten demasiado", F. Nietzsche).

Textos mecanografiados como el siguiente estuvieron en aquel entonces desde la perspectiva de aquí muy cotizados en otros países. Reverenciados aquí, allí perseguidos como Samisdat, precisamente a causa de las mencionadas situaciones de persecución. Sí, ¿dónde se han quedado, esas situaciones de persecución? ¿Y han acabado alguna vez aquí en este país? Consta, en todo caso, también y exactamente aquí en este país una vez más, que a los mejores fundamentos y razones del lado de los que se oponen, se han añadido algunas más y muy decisivas, mientras tanto altamente explícitas y públicas (véase arriba, véase abajo y siguientes).

Pero también el posible así llamado material probatorio tiene doble filo, cuando alguien lo usa correctamente. Por eso, para más claridad y mejor efectividad, más allá de la crítica, hemos introducido, del todo a nuestro modo, en nuestro texto las pertenecientes consecuencias e implicaciones polémicas. Todo esto para los países europeos, presentado y expuesto en un congreso internacional. Léase en la SPK-Documentación IV, Iatroclastia. Esto surtió efecto, en particular contra el moderno engaño del clero del cual ha tomado el relevo la clase médica, engaño mundialmente dirigido contra todos los engañados por su existencia y por su futuro, engañados antaño al hacerles confiar en un mejor más allá, hoy día al excluirlos completamente de antemano del más acá al asignarles cuerpos extraños y alienados, el más allá antes del más acá. Eso ha surtido efecto. Todavía hoy, citándonos, se sigue escribiendo sobre eso. Pues nunca se ha convertido todo ello en material probatorio contra nosotros. ¡Sino más bien todo lo contrario!

Para las dos partes del presente libro* este texto nos parecía un importante complemento, por eso lo hemos incluido aquí como apéndice. No únicamente están incluidos los sustentadores fundamentos y los esenciales patrones básicos para un concepto del arte y la música en esta elaboración, ya escrita ahora hace 2 décadas, sino también su relación con los contenidos que sólo más o menos 10 años después de escribir este "Samisdat", han llegado a ser el centro de atención e interés como esotérica así como su relación con la actual sociedad iatrocapitalista, y no en último lugar y ante todo: del cómo superarla y vencerla en virtud de la enfermedad.

Iatrocapitalismo, la bestia fácil de cuidar, subestimándolo fuertemente y, totalmente fuera de lugar, denominado por muchos todavía hoy como capitalismo e imperialismo

Por consiguiente: de gran actualidad, hoy más que nunca (la genética, una entre muchas iatrotecnologías). ¿No es todo arte de algún modo arte médico del HEILsalvación? Hacer que el arte de las apariencias, de las bellas como de las escalofriantemente bellas rotas, se convierta en liberación iatroclástica en virtud de la enfermedad, en revolución cósmico-social, utopatía anticipada, ¡siempre y en todas partes!

*El presente texto es el apéndice de nuestro libro SPK/PF(H) Utopathie vorweg (Utopatía anticipada) con sus dos partes a) Zukunftsmusik (Música del porvenir), b) Gattungsgegenwart (El presente y la presencia de la especie), publicado 1996.. Algunos de sus textos están ya traducidos al castellano (NdT):

En la música además / el arranque es la enfermedad  

Cómo hacer (el know how)

Apuntes  sobre la pregunta cómo nosotros del PF/SPK(H) manejamos los síntomas

Iatro-Imperialismo

El secreto de la enfermedad es la especie humana

Escudo, placa y hoja de información [Schildblatt-Information] de KRANKHEIT IM RECHT

ACERCA DE LA PREGUNTA : ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO EN CUANTO AL "CONTENIDO,
ES DECIR PATHOPRÁCTICAMENTE?“ Diario de acción de febrero de 1993

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L.F. y el colectivo editorial

1996

IATROCLASTIA O ARTE

Golem o Enfermedad

Dentro del arte y el lenguaje no palpita nada más excepto la enfermedad. Al lado está y no anda nada católico el lenguaje con el arte. Como flores cenagosas se desplegaron los clásicos lugares de culto y misterio junto a todo lo que se llamó lugar de salud y salvación, pero que fue lugar del sacrificio.

Los sacrificados de una sociedad, su demasiado vivir, por demasiado poco morir, brevemente: la enfermedad fue el comienzo, el initium mejor guardado en secreto de toda actividad lingüística, cultual y artística. Como afuera la luz del astro celestial, paradigma de toda belleza, su desintegración radiactiva, así pues el arte médico de HEILsalvación [Heilkunst] se refleja desde los lugares cultuales al vacío. Únicamente esta carroña celestial sol puede enseñarnos qué es la enfermedad, dijo el Dr. Paracelso de Hohenheim, siempre marcado gravemente por la enfermedad. Su receta del homúnculo sigue y sigue produciendo efecto, es decir: como uno mismo, en contra de toda naturaleza solar risueña, se sanea atrofiándose a la manera de un ternero lunar.

Los involuntarios ritmos y sucesiones de sonidos de los gritos de los moribundos alrededor de los inicios cultuales fueron los primeros impulsores de la producción artística. Siguen siendo los únicos. Su acuñadora fuerza plástica ayudó a los dioses imperiales de HEILsalvación a conseguir el habla y el canto. Preparados de tal manera, podían volverse clariauditivos para la música de las esferas y la psique y la neumática, finalmente incluso para el lenguaje destructivo del ultrasonido y para la música electrónica de la singularmente filantrópica bomba de neutrones. El arte en torno al lenguaje y la música vive por consiguiente de la enfermedad, no del aire.

La arquitectura y las artes plásticas, la danza y la pintura reiteran el demasiado vivir en la caducidad del cuerpo débil, cuando en otro lugar el cuerpo se cae, caduca, se torna decaído, cuando en otro lugar el ojo del moribundo se refracta, se rompe en un torrente de colores nunca vistos.

El arte es el primer producto degenerado de la enfermedad. El lenguaje cae bajo el arte médico de HEILsalvación. Una paciente lo ha dicho, Freud lo ha apuntado y publicado. Los pavlovianos entre los veterinarios hacen uso de eso y también los lavadores de cerebro con y sin cuestionario.

Al comienzo de todo arte está el arte médico de HEILsalvación. Al final de todo arte está la iatroclastia, cuando la verdad es asunto de la vida y el arte asunto de la apariencia bella alrededor de lo curado de muerte. La belleza sin fuerza odia al entendimiento [Die kraftlose Schoenheit hasst den Verstand (Hegel)].

Si eso hoy fuese diferente, entonces existiría solamente iatroclastia, no arte. Nuestros sentidos serían tumores cancerosos que, penetrando a todo lo rígido, harían proliferar su esencia. Nuestras palabras no solamente convencerían a nuestros semejantes, no solamente sobrecrearían a nuestros semejantes a través de la enfermedad, sino que los crearían.

El congreso aquí sobrevenido por ejemplo por un ataque de apoplejía, se derrumbaría instantáneamente sin habla. O la enfermedad le debería derrumbar por encima de la cabeza, tal como su Golem al rabino, la enfermedad que sus portadores en el culto diario comprimen con bastante esfuerzo convirtiéndolos en botín de la forma valor. La palabra solamente puede sanar. También Freud ya lo supo.

 

II

La iatroclastia tiene tan poco que ver con romper imágenes (iconoclastia) como con el arte mismo. Nada con las bellas y nada con las rotas.

Como la enfermedad es del mismo origen que la dialéctica, -que forma su esqueleto vivo y no sabe ni de equilibrio ni de paralización, toma y supera la forma como materia, precede al lenguaje médico de HEILsalvación tanto como a todos los demás, inclusive al santo silencio desde el culto hasta el diván,- se excluyen desde el comienzo lo gráfico-plástico [Bildhaftes] y el proceso de la enfermedad. Lo que proviene de la enfermedad, ya no puede ser recobrado después de ser robado por el culto, sea de la forma que sea. A no ser que sea a través de la dialéctica. Pero la dialéctica en conexión con la enfermedad da en el blanco del arte en su totalidad.

Hablamos aquí de la dialéctica como pacientes, es decir ingenuamente hasta la renuncia al habla y en todo caso como expertos de la Negación Total a Declarar (NTD). Quien tenga una impresión desagradable con la palabra dialéctica, éste ya está plenamente al tanto. Quien pueda recordarse de un momento de tormento y suplicio potenciados en su vida, aquel incluso nos ha comprendido, y sea contra su voluntad.

En algún momento hemos aprendido pacientemente en cualquier asunto a hacer fluir, fundir, saltar y sonar la petrificada forma. Eso no era arte sino lucha iatroclástica. Con todo ello también hemos sobrevivido a nuestro cuerpo compuesto del dominio mundial cultual-económico, tanto del más viejo como del más moderno (¡!). Ninguna promesa médica de HEILsalud puede ya jamás recobrarnos de la enfermedad. En eso a corto plazo no sólo se nos hacía un calor infernal, se nos quitaba el oído y la vista, sino aún algo más. Lo que se ha quedado y se ha mantenido son las en todo momento movilizables cicatrices de una verdaderamente materialista dialéctica desde la enfermedad. Desde entonces el arte, tanto el sano como el roto, bien entendido, para nosotros es tan solo interesante como un sutil criterio de línea de corrientes maniqueas, es decir: iatrorracistas y hostiles a los pacientes en asuntos ajenos, en estados de ánimo en asuntos propios. Quien sale desperdiciando sus manías, visiones, alucinaciones, ilusiones y temores a modo de prueba de realidad en el mundo de los objetos, en vez de fundirlos iatroclásticamente en la técnica dialéctica del salto y despegue, pierde sus fuerzas de crecimiento en la HEILsalud y el arte. Sus productos y creaciones vegetan y aletargan también incluso sin pastillas de la felicidad. Como las plantas invernales en los invernaderos.

Idealizar cuerpo y cosmos en armonía. Esa es la más antigua pretensión de todo arte, tanto más del arte médico de HEILsalvación. No hay ningún cuerpo femenino o masculino que no desee ser ante todo un producto de arte, un producto artificial, un artefacto, prótesis de mano maestra. Donde en este contexto el arte debe ser roto críticamente según la línea, allí la fuerza iatroclástica de un FRENTE DE PACIENTES está ante su más dura prueba de ruptura. ¡Quién no preferiría estar muerto en el acto, cuando está ante la opción de determinar para siempre -incluidas las interrupciones- sus actividades desde la enfermedad, es decir contra pelo, mientras que su cuerpo con su hambre vital de la cicatrización, muy despierto de plenitud, enfebrece, está febril! Es de romper entonces con la tendencia de autocuración, especialmente con la "natural". La iatroprótesis cuerpo cae sin esencia en el momento de la decisión. La labilidad en todo así llamado equilibrio, la asimetría en todo lo que es mensurable y lo monstruoso en el particular eslabón de la cadena del contexto universal al que el tiempo y la historia de la HEILsalvación comprimen convirtiéndolo en mutilado, todo esto se ha condensado en la sombra proyectada que la línea iatroclástica inflexiona desde muy adelante hasta atrás al presente.

Nadie cabe en la piel del otro. Pero en la sombra proyectada del proceso universal de la enfermedad hay lugar para todos y cada uno. Fusión nuclear. Y la solidaridad no es arte, sino más bien iatroclastia.

Todo asco, toda aversión, lo repelente, la antipatía en general está enraizada en el arte. ¿Por qué el naciente bebé pataleante rechaza con tan certero instinto la asistencia médica? ¿Será que la vena umbilical le ha cuchicheado en el líquido amniótico que antipatía es el extranjerismo para contra-enfermedad? Difícilmente. ¿Por qué más adelante nunca y en ninguna parte siente, hacia nada y hacia nadie simpatía inturbiable, por el contrario a cada paso pura aversión y casi sin quererlo? Porque se le pasa durmiendo sin concepto una fuerza fundamental de la enfermedad, la simpatía; se le pasa durmiendo tan pronto como empieza a surgir apenas perceptible, porque hasta el castañeteo de los dientes se le pasa sudando en la fiebre de examen de la contra-enfermedad y recalienta el miserable resto convirtiéndolo en aquella felicidad que todavía cuadra exactamente aún en los patrones y esquemas del arte y la cursilería, pero sigue en todo caso a la altura de todo auto-control que corresponde a los criterios de la policía sanitaria.

El calor no sabe ni de proporciones bellas ni feas, ni de color ni de sonido. Pero en todas partes es cualitativamente fiebre. Infrarrojo, demasiado rojo, para ser ni siquiera un símbolo. Enfermedad en acción recíproca entre individuos, su especie, eso es el calor, al cual no lo alcanza ninguna palabra, ninguna forma sensorial y ninguna forma de pensamiento. La palabra simpatía, por ejemplo, pronunciada sin aire, no sería nada, excepto la minúscula radiación térmica en la vibración de la laringe y los pulmones. Únicamente por vía indirecta a través de la obra de arte, el sentido artístico y el artista, consigue el arte médico de HEILsalvación introducir la muerte térmica en la enfermedad.

Ni el juicio subjetivo del gusto (Kant) ni el placer desinteresado (Schiller) están para el debate. Están modelados del material de la salud, de modelos médicos de HEILsalvación, de modelos de salud, sin importar si la retorta contiene bosta de caballo y esperma, como en caso de Paracelso, sin importar si la paleta (del pintor), la planta (del edificio) y la escala (musical) reflejan las bellas apariencias de la idea en forma de los citados señores Kant y Schiller, sin importar si en la cápsula de Petri una sola o doble dotación cromosómica busca y encuentra su maestro de arte. Sólo la enfermedad sustenta y determina lo que va de individuo a individuo. Lo que va, por el contrario, de persona a persona, es decir, de máscara a máscara, ya es teatro, incluso catarsis, y en su relación genuina con la enfermedad, antipatía helada, muerte térmica adelantada.

Esta antipatía produce desde tiempos inmemoriales personalidades de caudillo-líder con pretensión de salud-salvación, así en todo caso médicos y dobletes médicos, como obras de arte por consiguiente sus propios dobles, Golems y Homúnculos, cocidos y taimados sangre-frías, sonantes formas hueras, juego de color y publicidad luminosa. Piénsese en el iatrofascismo como obra de arte integral, ciertamente no el producto del pintor de brocha gorda y peón de construcción Hitler.

Pero los individuos tienen su origen únicamente en las zonas de calor de la enfermedad común que les apoya y sostiene como su esqueleto.

Entre individuos el sonido sería lo que en el fondo, libre de arte, siempre es: temblor, conmoción creativos que del calor específico de la enfermedad crea temblor, conmoción, como ondas esféricas en el campo electromagnético. Enfermedad, calor y simpatía no son ni construcción ni forma y figura, ni poesía ni música, ni imagen y pintura ni escritura. Aquellos actúan como fuerzas fundamentales en el proceso revolucionario cuando aprendemos a prescindir de ver al color, a la luz y a la forma para fundirnos más estrechamente los unos con los otros, cuando prescindimos de oír en el temblor, en la conmoción lo que es fraseología para que se haga sentir lo individual en lo cual se condensa el calor, y cuando dislocamos muy despiertamente todos los centros de gravedad para que se libere el dialéctico calor de fusión en el cual la antipatía se aletarga.

 

Huber 1977/78

 

Suplemento 19.03.1996

Aún antes, Sartre 1968:

La música moderna pide una élite y las masas trabajadoras piden música.

Aún antes, Lenin, siglo XX:

Al final de todo arte está la horca.

Aún antes, Marx, siglo XIX:

Presupón a los seres humanos como seres humanos y a su relación con el mundo como una relación humana, entonces puedes intercambiar amor solamente por amor, confianza solamente por confianza, etc. Si quieres disfrutar del arte, debes ser un ser humano educado artísticamente; si quieres ejercer influencia sobre los demás, debes ser un ser humano efectivamente estimulante y alentador para los demás.

Traducción:
PF/SPK EMF Colombia, PF/SPK EMF Espa

 Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes, PF/SPK(H), 12.09.2019