La Andalucía
republicana que resistió y luchó durante 40 años contra la dictadura franquista,
tampoco se someterá a la dictadura del monopolio médico de asesinato.
¡Andaluces, levantáos!
¡Contra el moderno
eutaNAZIsmo primigeniamente médico
que se esconde detrás de "muerte digna" y "cuidados paliativos"!
Nosotros, el Frente de Pacientes, hemos conseguido que hayan fracasado los
mismos proyectos de ley eutaNAZIs en Australia,
Luxemburgo y Colombia. El Frente
de Pacientes ha ahuyentado a la clase de los médicos. Esto ha salvado la vida a
muchos.
Actual (8.10.2008): noticia
especial de Luxemburgo:
gracias al Frente de Pacientes el proyecto genocida eutaNAZIa ha fracasado
por segunda vez en Luxemburgo.
"Muerte digna" = eutaNAZIa. Si fuera por los médicos, ahora se saltaría a la yugular de los andaluces. Quien asesina a alguien, se le condena a cadena perpetua. ¿Por qué no se aplica esto a los médicos? Pero la clase médica de Andalucía se jacta del hecho de que el actual "Anteproyecto de Ley de Muerte Digna" no es sino la "plasmación legal" de la práctica médica ya actual. Es decir: El monopolio médico de asesinato impune se hace ley.
La "muerte digna", que se ejecuta como práctica médica, no es más que una trampa armada por la clase médica, no es más que la expresión manifiesta de la lógica asesina del "libre" mercado iatrocapitalista, una lógica programada de cabo a rabo por la norma médica.
Son la norma médica
y la economía de mercado quienes ejecutan el morir:
Vivir como un perro + morir como un perro = "muerte digna".
Es la norma médica la que considera a la gente como suficientemente "digna" y "capaz" (certificado médico de capacidad laboral) para ser echada a las fauces de la esclavitud asalariada y la explotación hasta la última gota de sangre. Son los médicos los que reparan a la gente una y otra vez para devolverla a la misma paliza, que la ha hecho polvo, hasta que no aguante más y sea desechada, sea por jubilación, sea por incapacidad laboral, -todo esto en todo momento bajo la norma médica. Son los médicos y sus ayudantes los que determinan, autorizan y dirigen con sus "normas de salud" las condiciones laborales, el ritmo de trabajo, las condiciones de vida, etc., sin objeción alguna y como completamente compatibles con el "derecho a la integridad física" de la gente. Y al fin y al cabo la gente suplica que se la mate porque no soporta más el tormento al cual ha sido sujeta durante toda su vida, y son otra vez los mismos médicos los que por "compasión" le dan el último puntillazo con la inyección mortal.
Lo que se glorifica como "muerte digna" es el resultado final de la guerra iatrobióntica cuyo campo de batalla es el cuerpo de cada uno y cuyo origen iatrocapitalista es borrado médicamente. "Muerte digna" = eutaNAZIa.
El hablar en medio de esta trampa médica de la "decisión autónoma" de la gente es un escarnio medi-cínico y no es más que la justificación médica para el matar y la ocultación del hecho de que la gente ya no quiere vivir así, bajo los imperativos y chantajes iatrocapitalistas del rendimiento, la explotación y competición.
Todos los argumentos en pro de la "muerte digna" no son más que mentiras piadosas, mentiras a propósito, a saber únicamente provechosas para los médicos-verdugos.
De hecho es así:
El así llamado "estadio cultural de la humanidad" existe desde hace 60.000 años y durante todos los milenios se las ha arreglado totalmente sin leyes eutaNAZIs. Porque consta que cada sociedad quiere vivir, con todos y todo lo que forma parte de ella. Pero quien quiere morir, nunca ha necesitado una ley para ello. Solamente la clase de los médicos, ese montón de cadáveres, necesita leyes eutaNAZIs, y precisamente para salir impune. La eutaNAZIa es el delirio sangriento masivo de la clase de los médicos.
El ejemplo de Holanda muestra: en el momento que haya una ley eutaNAZI, entonces la gente es ejecutada bajo el dominio de los médicos-verdugos a través de la eutaNAZIa, en contra de su voluntad, también en contra de la oposición de los familiares. En Holanda son matados a diario 18 seres humanos por los médicos, asesinados, eutaNAZIados, y precisamente en contra de su voluntad. Y esto es solamente el número oficial. La ley eutaNAZI lo hace posible.
Son los daños consecutivos de la terapia médica, el terror terapéutico los que hacen polvo a la gente y por eso ya no quiere vivir, al igual que el torturado que ya no ve otra escapatoria que la muerte para salir de la tortura. Son los métodos de la así llamada medicina intensiva los que forman parte de la herramienta de los torturadores en todo el mundo (¡¡!!). Son los médicos los que aplican el arsenal del terror terapéutico para hacer hablar "voluntariamente" al torturado (terror = terapia). Y son igualmente los médicos los que a través de la aplicación del mismo terror del HEIL consiguen que la gente prefiera morir "voluntariamente" a ser todavía durante más tiempo atormentada terapéuticamente (terapia = terror).
Siempre cuando los médicos hacen huelga, entonces baja rápidamente la tasa de mortalidad. Es decir: Sin médico se vive más tiempo. Causa mortal: el médico. Igualmente en el caso de la "muerte digna": La causa mortal es el médico.
En la clínica y el consultorio médico el paciente no manda nada. De sus intereses y su voluntad se hace caso omiso. Tiene que someterse al médico. Pero ahora cuando se trata de la muerte, de repente ¡¿eso debe ser diferente?! ¡¿Ahora debe decidir exclusiva y únicamente la voluntad del paciente?! En una inversión milagrosa de la relación médico-paciente en la cual manda sólo el médico, ¡¿ahora de golpe el paciente se convierte en el señor y amo y el médico se somete al paciente y a su voluntad "autónoma"-?! ¡¡Cuentos chinos!! Lo que llaman "muerte digna" es la "dignidad" de las reses de matanza que se arrodillan con plena confianza y son matadas de una manera clínicamente limpia.
Estas mentiras, mentiras asesinas, ¡¿cuánto tiempo todavía se deja engañar la gente y cae en la trampa de los médicos?! Todos los argumentos en pro de la "muerte digna" no son más que mentiras piadosas y mentiras a propósito de ser únicamente provechosas para los médicos-verdugos.
En toda "ayuda para morir", en todos los "cuidados paliativos", en todo "suicidio asistido médicamente", la última palabra, la decisión final las tiene siempre el médico. Y cuando se entremete el médico, ya no hay vuelta atrás.
El vanagloriarse en medio de esta trampa médica de la "autodeterminación", del "consentimiento informado", del "testamento vital" como "voluntad anticipada", de la "libre voluntad" de la gente, es el encubrimiento del hecho de que con la ley proyectada el monopolio médico de asesinato se erige en soberanía popular.
Vivir como un perro + morir como un perro = "muerte digna".
¡Derribad todo lo médico allá donde lo encontréis!
Los médicos se ufanan con descaro de no haber visto ni encontrado nunca al iatrocapitalismo bajo ningún microscopio, en ninguna probeta y en ningún TAC. ¿Miras estrechas? ¡No! Avidez de poder y más poder. En ningún informe médico, en ninguna "historia clínica del paciente", en ningún informe de algún "comité ético" constará la explotación de por vida, las soledades y el aislamiento continuos en medio de la competición en el "libre" mercado, las humillaciones lacerantes-, todos ellos productos del iatrocapitalismo antropófago. Lo único que consta en aquellos informes médicos, es el diagnóstico terrorista apoyado en datos clínicos-médicos supuestamente "neutrales" y "objetivos".
¡Solamente el iatrocapitalismo tiene el derecho a ser ayudado a morir!
¡Derribad todo lo médico allá donde lo encontréis! ¡Al ataque!
¡Cread en todas partes colectivos de pacientes, donde nadie toma la enfermedad de los demás por la enfermedad de los demás!
La gente quiere vivir. Lo único es que no quiere vivir así, bajo el yugo de la explotación, del rendimiento, la competencia y las humillaciones permanentes. Todos llevamos la enfermedad con nosotros para que ésta se haga especie humana. Pero los médicos la convierten en dinero y muerte.
Bajo estas circunstancias no hay vida para nadie, ni tampoco una dignidad. Ni al principio, cuando los médicos echan a la vida naciente al desagüe si no se ajusta a su norma coercitiva, ni en el transcurso de la vida-para-el-trabajo-asalariado, ni al final cuando la sentencia de muerte, pronunciada por los médicos, dice: ya no explotable, por consiguiente sin valor, vida sin valor y no digna de ser vivida. En estas condiciones y relaciones todavía no hay seres humanos. ¡¿Cómo puede haber bajo estas condiciones una dignidad humana?! La única dignidad que existe es crear la especie humana y precisamente a partir de la enfermedad. La enfermedad para crear la especie humana y esto en contra de la CLASE de destrucción y solución final, en contra de la clase de los médicos. Esto es el antagonismo de clases de hoy día y el único problema real que solucionar.
La solución correspondiente se llama Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes. Y esto se hace ya, por muchos en muchos países, también en España. Sorprendente, pero verdad y probado: nosostros podemos arreglárnoslas con nuestra enfermedad todos juntos en común, en confrontación contra los médicos y su terrorismo terapéutico. Porque la miseria con la enfermedad proviene exclusivamente de las normas médicas y de las normas del dinero.
Lo que hace falta son colectivos de la enfermedad libres de médicos, colectivos de pacientes, donde nadie toma la enfermedad de los demás por la enfermedad de los demás, donde el dolor es el dolor de todos, donde la enfermedad es la enfermedad que todos tenemos en común.
El dolor, la enfermedad vienen de fuera y es preciso volver a dirigirlos hacia afuera contra sus causantes. La enfermedad es protesta.
¡No dejáos robar vuestra protesta!
¡Hacer de la enfermedad un arma revolucionaria!
Cread en todas partes, antes de que sea demasiado tarde, colectivos de pacientes en confrontación contra el iatrocapitalismo programado y dirigido por la clase de los médicos como la única clase dominante hoy día.
¡Andaluces, levantáos!
Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes
EMF Espa
9.10.2008