ESTE TEXTO SÓLO ES UN COMIENZO ...

 

VI Enfermedad y capital

23. La identidad de enfermedad y capital

"Ella (la manufactura) mutila al trabajador, le convierte en algo anormal, fomentando el desarrollo artificial de su destreza parcial, suprimiendo un mundo de instintos y disposiciones, tal como matan un animal entero en los países de La Plata para conseguir su piel o su sebo."

"El hombre es realizado como mero fragmento de su propio cuerpo." – "Una cierta mutilación mental y corporal es un elemento inseparable de la división del trabajo en la sociedad. Pero como el período de manufactura profundiza todavía más la división del trabajo, y por otra parte esta división, que le es inherente a este período, ataca al individuo en su raíz vital, es en primer lugar este mismo período de manufactura el que suministra el material y el impulso para la patología industrial."*

*Karl Marx, Das Kapital I (El Capital I), págs. 381/2 y pág. 384, MEW, 1971.

La enfermedad es el fundamento esencial, la condición y el resultado de este proceso capitalista de producción. En el sistema capitalista el proceso de producción es idéntico a la destrucción de vida. Continuamente se destruye vida y se produce capital. El capitalismo es dominado por la necesidad primaria del capital que es la acumulación (Marx).

La enfermedad es la expresión de la violencia del capitalismo que destruye continuamente vida. La enfermedad es producida colectivamente: Es decir que dentro del proceso de trabajo el obrero está produciendo capital, que se opone a él como poder ajeno, y así el obrero está produciendo colectivamente su aislamiento. Por lo cual es consecuente que la Sanidad capitalista perpetúe este aislamiento tratando los síntomas no como producidos colectivamente, sino como una suerte individual, una culpa y un fracaso. De todas maneras el capitalismo produce el arma más peligrosa contra sí mismo en forma de la enfermedad. Por eso tiene que luchar con sus armas más potentes contra el momento progresivo de la enfermedad: Con la Sanidad, la justicia y la policía. Objetivamente es la enfermedad como fuerza de trabajo defectuosa (= no utilizable) el enterrador del capitalismo. La enfermedad = barrera interior del capitalismo: Si todos están enfermos agudamente (= incapaces de trabajar) nadie puede ya producir plusvalía.

La enfermedad, en tanto que se basa en un proceso colectivo de toma de conciencia, es la única fuerza productiva revolucionaria cuyo grado de acción corresponde a los niveles siguientes: protesta inhibida, protesta consciente, conciencia colectiva, lucha solidaria.

Por una parte la función de la Sanidad es el mantenimiento y el aumento del grado de explotación de la mercancía fuerza de trabajo.* Por otra parte la Sanidad tiene que garantizar que las industrias farmacéuticas y médico-técnicas realicen sus plusvalías (la Sanidad es la esfera circulatoria de la industria farmacéutica y médico-técnica). Así el enfermo es el objeto de una doble explotación: La fuerza de trabajo defectuosa es reparada con el fin de la explotación continua, y como consumidor garantiza la venta permanente de la industria farmacéutica y médico-técnica.

* "Los funcionarios de la Sanidad americana conocen muy exactamente la influencia de la situación del mercado laboral sobre el nivel terapéutico, del cual por otra parte depende el trabajo y el desarrollo de los hospitales. Cuando el paro tiene un nivel alto, las enfermedades crónicas pueden propagarse sin peligro para la economía; esto es la situación americana desde la II guerra mundial; y esto fue la situación durante la crisis monetaria mundial en el año 1929". (J.C. Polack, La Médicine du Capital, París 1971, pág. 35)

Así el momento progresivo de la enfermedad, la protesta , es destruido. El momento reaccionario, la inhibición, es reproducido continuamente a lo largo del proceso del tratamiento y de la curación ( = reparación de la fuerza de trabajo). Se le quita al enfermo su necesidad de cambio.

La vida es transformación, es decir la lucha contra las violencias naturales por la apropiación productiva de la naturaleza. La sociedad capitalista se opone a la vida como violencia natural. La protesta, es decir la manifestación vital se ve destruida continuamente. Esto es asesinato permanente y organizado. En tanto que este asesinato permanente y organizado es perpetrado directamente por las instituciones familia, escuela etc., lleva el nombre de educación. La educación no está orientada por la satisfacción de las necesidades de los hombres, sino por su destrucción y la satisfacción de las necesidades de la violencia natural que es la acumulación capitalista. ¡Por consecuencia, la acumulación capitalista y el asesinato en masa son idénticos!

 

24. El proletariado bajo la determinación de la enfermedad es el proletariado revolucionario

No cada enfermo (y todos están enfermos) pertenece a la clase revolucionaria. Pero todo el que use los momentos progresivos de la enfermedad actúa como un revolucionario.

Dónde estará el frente entre las clases, se revelará en la lucha revolucionaria; se sabe que en todas las revoluciones hay y había formaciones reaccionarias y fascistas que se reclutaban de obreros.

Decisivo para la pertenencia al sujeto revolucionario no es simplemente una definición mecánica de la situación de clases, sino la conciencia de clase y la actitud de clase que nacen en la lucha.

En este sistema económico, el proletariado determinado por el momento reaccionario de la enfermedad, el proletariado inhibido, tiene buenas posibilidades de seguir nadando hasta ahogarse en las estelas de la ilegalidad liberal-democrática [freiheitlich-demokratisch]. Unicamente como proletariado enfermo – y estar enfermo es su determinación esencial, de lo contrario habría abolido [aufgehoben] ya desde hace mucho tiempo el antagonismo fundamental (Grundwiderspruch = antagonismo de clases) incluso sin las palabrerías de sus protectores burgueses estudiantiles –, llega a ser una fuerza revolucionaria fuera de la ilegalidad liberal-democrática. Es que no tiene derechos, no posee nada con que pudiera explotar fuerza de trabajo ajena, no posee nada – sea una casa, un coche, una nevera – que no esté en el poder de disposición del capitalismo. Sus músculos, nervios y cuerpo jamás pertenecían al proletariado, porque ya antes de nacer sus funciones están preprogramadas por el capitalismo, quiere decir en el sentido de la mejor posible explotación. Este programa ha llegado a ser una fuerza material contra los explotados mediante las fábricas de súbditos que son la familia, el hogar, la escuela, el cuartel, el lugar de trabajo, la oficina, el sanatorio, la prisión etc. La definición del proletariado que ha dado Marx en el Manifiesto Comunista que éste no tiene nada que perder salvo sus cadenas, y que éste es la negación del capitalismo, el que le ha reducido a nada, es todavía vigente: es decir como proletariado bajo la determinación de la enfermedad.

Sólo bajo la determinación de la enfermedad el proletariado, el que está preprogramado por el capitalismo como potencial de explotación y por lo tanto expuesto desde el principio a la enfermedad, es destrozado y mutilado sistemáticamente en sus posibilidades de desarrollo a favor del incremento del margen de beneficios hasta tal punto que ni siquiera por más que se quiera, ni el colega de trabajo, ni el sindicato ni el tribunal de seguridad social ni la Sanidad ni cualquiera le pueda ayudar, simplemente porque el enfermo cae totalmente fuera del marco del "derecho": Exclusivamente bajo esta determinación la clase proletaria es revolucionaria. La clase proletaria está determinada que haga saltar el sistema por nada más y nadie más que por el capitalismo y la clase dominante. Y esto no por mero capricho sino porque el capitalismo y la enfermedad constituyen una identidad dialéctica*.

* Aquí el estatus sin derechos de los pacientes contribuye esencialmente al desarrollo. Cómo se manifestó esta privación de los derechos durante el desarrollo histórico del SPK, véase las secciones 10-12.

Un factor esencial que demuestra que el proletariado enfermo es el proletariado revolucionario, es por ejemplo el hecho de que bajo el nombre de cargas sociales un 35 por ciento y más del salario neto son entregados directamente al capital por vía de instituciones estatales, es decir son invertidos en la economía capitalista para funcionar en ésta como amortiguador de crisis. Cuando un obrero gana un salario de 800 marcos alemanes, le quitan automáticamente y al mismo tiempo 280 marcos, y esto se llama cargas "sociales" (enfermedad, invalidez, decrepitud) que son destinadas para la economía a favor de la acumulación del capital. Así la clase obrera está obligada a producir no solamente plusvalía, sino también los fondos de inversión para la industria, y todo eso bajo el pretexto de pagar con su salario, que en realidad debe servir para la reproducción de su propia fuerza de trabajo, los medios para la reparación de esta misma fuerza de trabajo destrozada en el proceso de explotación.

La Sanidad que es nada más que una institución de reparación y control de la fuerza de trabajo defectuosa (ésta es la función objetiva de sus instrumentos terapéuticos y diagnósticos) deroga automáticamente los derechos constitucionales. La Sanidad maneja al paciente como si no fuese nada más que un objeto. ¡Al mismo tiempo constituye de este modo el derecho fundamental de autodefensa! Los siguientes derechos constitucionales son derogados: Libertad de residencia, inviolabilidad de la persona, libertad de opinión, secreto postal (reglamento del establecimiento), derecho a ser oído [Anspruch auf rechtliches Gehoer] etc. Se cometen continuamente los siguientes crímenes: privación de la libertad (los funcionarios de la Sanidad tienen el poder especial de internar), lesión corporal, secuestro, chantaje, coacción, trabajo forzado para pacientes en sanatorios y centros de rehabilitación. De todo esto resulta la necesidad de autodefensa para todos los enfermos.

La necesidad de cambio vinculada con la presión que surge del sufrimiento [Leidensdruck] tiene que ser dirigida, correspondiente a su esencia, contra el objeto que produce la enfermedad, es decir contra el orden social capitalista, que se ha convertido en la segunda naturaleza. La necesidad fundamental del hombre es la producción, es decir la creación de posibilidades para la apropiación óptima y más gozosa [lustvoll] de la naturaleza; esto significa lucha contra las fuerzas naturales. Lo que sucede hoy y aquí es la producción de plusvalía, la acumulación de capital y la destrucción de vida. El valor de uso de las mercancías al igual que la vida misma se han degenerado en productos residuales de las relaciones capitalistas de producción y son tratados según las leyes del capitalismo: "Usar y tirar". ["ex- und hopp" oder "Nach Gebrauch wegwerfen"].

La fuerza productiva de la conciencia como condición para la toma de posesión de los medios materiales de producción, puede vencer las fuerzas naturales del capitalismo hostiles a la vida:

  1. Exigid el término inmediato del trabajo. La seguridad social tiene que pagar. Y tened en cuenta que al fin y al cabo os saldrá muy caro a vosotros.

  2. O bien tomad el poder en la fábrica, haced la revolución, esto es mejor." *

*De una octavilla que se distribuyó por el "Comité d'action Santé" en febrero de 1969 en la fábrica de Renault en Flins.

 

25. Sobre los socialistas "sanos" y el dogmatismo reaccionario de algunos "izquierdistas"

En las discusiones públicas del SPK con izquierdistas, se manifestaban a menudo de parte de estos izquierdistas tendencias al dogmatismo con respecto al análisis de Marx acerca del capitalismo, por ejemplo en la incapacidad de ver en el profesor un productor de plusvalía. En el proceso de producción de la mercancía fuerza de trabajo, el profesor trabaja como un productor. En el transcurso de la educación y de la formación la mercancía fuerza de trabajo (alumno, aprendiz, estudiante) llega a ser calificada y capacitada, según las exigencias del proceso de producción de alta especialización en el capitalismo tardío [Spaetkapitalismus]. Esta misma especialización y calificación añade a la mercancía fuerza de trabajo más valor que luego es apropiado por el capital y convertido en plusvalía. El beneficiario principal del incremento de la productividad vinculado con la creciente especialización es la acumulación capitalista.

El uso unilateral y dogmático de la definición del obrero productivo colectivo [produktiver Gesamtarbeiter] y su aplicación al proletariado industrial clásico considerando a éste como el único productor de la riqueza social, es un error y tiene efectos reaccionarios.

Las raíces de esta actitud unilateral se pueden atribuir al hecho de que una gran parte de los estudiantes de la izquierda no había venido al marxismo por sus necesidades, por la conciencia de su situación objetiva de clase, sino al revés, por el (justificado) descontento con la organización y los contenidos de sus estudios y así llegaron al conocimiento de la situación objetiva de la clase proletaria, de la cual hacían inmediatamente un objeto de agitación el que fue idealizado, incluso fetichizado. Más bien hay que hacer de la conciencia mutilada y atrofiada un objeto del trabajo agitador colectivo y el paso fundamental de mediación hacia esta necesidad es la toma de conciencia de la propia enfermedad. Porque esta toma de conciencia de la propia enfermedad es impedida por el dogmatismo y por consiguiente a los estudiantes izquierdistas les resulta tan difícil conseguir una práctica política consecuente. Sólo así es inteligible que un estudiante izquierdista declaraba en una discusión: "Yo no pertenezco a la clase explotada, yo recibo una beca." La conciencia de clase puede nacer solamente en la lucha consciente de clases. Por supuesto se pueden encontrar siempre infinitos pretextos más o menos sutiles para sustraerse a la pertenencia a la clase revolucionaria. De todas maneras, la cualidad enfermedad es el elemento que une a todos los que son afectados por el aparato de represión.

La actitud frente a la enfermedad es algo muy característico para el comportamiento y la argumentación de una multitud de gente (especialmente de los estudiantes) que se llaman "socialistas". Consideran la enfermedad como una cosa aislada, negativa, exclusivamente como inhibición. Para esta gente la enfermedad forma parte de su "esfera privada", y es considerada como un problema que cada uno tiene que arreglar por sí mismo, y que en ningún caso debe "molestar" el trabajo político. Considerándose a sí mismo en esta sociedad en la cual vivimos como socialista "sano", implica tendencialmente un elitarismo que es inmanente al sistema.

Las consecuencias del elitismo "sano" son:

  1. División artificial de la propia vida en vida privada y trabajo político. De este modo la separación entre la profesión y la vida privada que es inducida por las condiciones sociales, es reproducida y el trabajo político sigue siendo trabajo alienado.

  2. Separación entre la vanguardia y las masas. ¡Eche una mirada a la aplicación falsa del concepto "vanguardia" y "masa"! delante del trasfondo de lo que Wilhelm Reich elaboraba en "Psicología de masas del fascismo" y en el "Discurso al hombre de a pie" [Rede an den kleinen Mann] sobre las dificultades de activar las masas en favor de una huelga general. Las investigaciones de Reich toman por base que en el caso de una huelga o de un robo no hay que preguntarse por qué estos obreros están en huelga o por qué ese individuo ha robado, sino más bien hay que preguntar por qué no todos los obreros están en huelga constantemente contra las condiciones sociales imperantes y por qué no todos los consumidores satisfacen sus necesidades materiales a través de un "robo".

    Sólo la práctica en el sentido del expansionismo multifocal puede desempeñar la función de una vanguardia verdadera. En el marco del expansionismo multifocal los focos actúan al mismo tiempo como masa y vanguardia: reúnen en sí mismos como focos (masa) las contradicciones sociales, y como fogones (vanguardia) activan y movilizan su entorno utilizando y propagando los momentos progresivos de estas contradicciones. En el momento expansivo del principio del expansionismo multifocal la contradicción entre vanguardia y masa es superada [wird aufgehoben] en el proceso de la generalización de la conciencia revolucionaria y de la actividad revolucionaria.

    En contraposición a eso, una vanguardia que se proclama a sí misma como tal exhorta a los obreros a desarrollar una conciencia "revolucionaria". Recurriendo a los textos de Marx esta así llamada vanguardia explica a los obreros que son explotados económicamente.
    Racionalmente la mayoría de los obreros lo entenderán, porque este hecho no es nada nuevo para ellos, pero les faltan las experiencias de una lucha solidaria exitosa, y experiencias como éstas no pueden ser predicadas. Por consiguiente, no habrá consecuencias prácticas. Las necesidades actuales de los obreros están incluidas así solamente de una manera puntual y aislada, por ejemplo en la "lucha" contra la "situación precaria" de la contaminación del medio ambiente y contra la crisis de vivienda. De la enfermedad habla esa vanguardia solamente en relación con un "accidente" laboral y una enfermedad "profesional", pero así no es consciente de la enfermedad como una fuerza movilizadora dentro del contexto de la explotación y de las necesidades de cada uno – un contexto que produce enfermedad y del cual la enfermedad forma parte integrante.

    Las masas, el proletariado, son concebidas como objeto y agitadas de una manera más o menos pedantesca y doctrinaria [schulmeisterhaft]. Las necesidades de la población explotada y suprimida son divididas entre las que son utilizables para la agitación y otras que cada uno tiene que arreglar para sí mismo: Reproducción del modo capitalista de valorización y remoción de basuras (¡incluso reciclaje hoy por hoy!).

  3. Es característica la actitud de los "socialistas sanos" respecto a la así llamada Sanidad: En este "sector terciario" asumir el poder es un problema que se plantea por último. La Sanidad es considerada y tratada como "urgentemente necesitada de reforma". Pero como esos socialistas sanos no se ocupan de lo que es enfermedad, les falta el concepto justo de la enfermedad, por consiguiente polemizan y agitan sólo de una manera puntual contra las sinecuras de los médicos-jefes, contra las investigaciones de guerra, las ganancias de la industria farmacéutica, el numerus clausus en medicina etc. Incluso hacen una diferencia entre la llamada investigación básica que declaran necesaria y "buena", en contraposición a la investigación de guerra y esta llamada diferencia ni la ponen en duda ni mucho menos la atacan.

    Según la opinión de estos socialistas sanos los cambios y las reformas necesarias en la Sanidad deben ser hechos por el personal de los hospitales y por los estudiantes de medicina. Los médicos y los estudiantes de medicina abusan de la asistencia al enfermo y del "bien de los pacientes" como pretextos y coartada en favor de sus intereses de clase. Es un abuso porque los afectados, es decir los pacientes, naturalmente no tienen voz en todo eso – pues los pacientes están simplemente enfermos, y los médicos, enfermeros, enfermeras y estudiantes de medicina están por definición, es decir según su autoevaluación, "sanos". Y los pacientes enfermos tienen que ser "sanados" por ellos – ¡entonces serán obreros "sanos" cuya "salud" producida de esta manera luego debe ser el motor de la revolución! "Salud" no es el contrario de enfermedad. Salud es una etiqueta totalmente burguesa. A esta salud corresponde subjetivamente una conciencia desfigurada, y en este sentido la salud es idéntica a enfermedad, a saber en el sentido de la "mutilación mental (y corporal)" que Marx ha calificado de "inseparable de la división del trabajo dentro de la sociedad en general."*

    *
    Karl Marx, Das Kapital I (El Capital I), pág. 384 – MEW, 1971.

    El capitalismo en su totalidad establece la norma de la mercancía fuerza de trabajo y define con eso lo que es "sano" y lo que es enfermo. El que no corresponde a esta norma está (enfermo) incapaz para el trabajo, por consiguiente no es capaz de firmar un contrato y es excluido del proceso de producción. "No hay nada que sea más ridículo que hablar de medicina laboral. Nuestra sociedad no conoce nada más que ésta. Toda medicina es la regulación de la capacidad para el trabajo. La norma de trabajo determina [praegen] la conciencia de los médicos con un criterio que es más preciso que un valor biológica o fisiológicamente mensurable."*

    *
    J.C. Polack, La Médicine du Capital, París 1971, págs. 35/36
     

  4. Del mismo modo se refieren a la ciencia: Según aquellos "socialistas" la ciencia debe "servir a los trabajadores" de fuerza productiva. ¡No se habla de la socialización del medio de producción ciencia para y por la población! Los que han acabado sus estudios universitarios deben ejercer ciencia durante su vida profesional teniendo en cuenta su "responsabilidad" social y política, por tanto deben ser "neutralizados", según aquellos "socialistas". ¡Esto es absurdo! Y al mismo tiempo es una manifestación de la conciencia de los partidarios de esa actitud los que no pueden y no quieren imaginarse la socialización de todos los medios de producción, incluida la ciencia: "Nous participons – vous participez – ils profitent"* "¡Para nosotros la cogestión, para vosotros la cogestión, las ganancias para ellos!" El principio de la universidad del pueblo entonces no es solamente una apertura cuantitativa de la universidad en favor de la "participación" de la población en los cursos de enseñanza y en la actividad investigadora, tampoco es una "cogestión" con respecto a los contenidos de la investigación y enseñanza de parte de la población, sino una determinación cualitativa y un control de lo que es la ciencia y como se la practica, a saber según las necesidades de la población.

* Slogan mural en el mayo de París en 1968.

Una objeción bastante frecuente de parte de la izquierda dogmática ha sido que la enfermedad sea un estado pasajero y el estatus de paciente por lo tanto transitorio y por consiguiente los enfermos no puedan ser el sujeto revolucionario, – estas objeciones han sido desenmascaradas por lo expuesto anteriormente, es decir: no vienen al caso. No obstante, esta objeción puede ser refutada [ad absurdum fuehren] también directamente: La vida de cada uno es un estado transitorio de la materia inorgánica, y por eso sería inútil intentar ahora juntos con otros luchar contra la supresión y hacer la revolución. Naturalmente, no articulan esta tontería, pero la practican: Hacen tesis doctorales a largo plazo sobre Lukács, y seminarios durante trimestres sobre la teoría del valor de Marx etc. – ¿quizás para transmitir [vermitteln] a la "posterioridad" la herramienta revolucionaria que ellos mismos no sabían manejar?

 

26. El capitalismo y sus administradores como fuerzas naturales

En el proceso capitalista de producción (= producción de enfermedad en el proceso de producción de capital) es explotada e intensificada la inhibición de vida que es la consecuencia de este proceso de producción. Para combatir la manifestación de enfermedad en forma de protesta, el capitalismo se sirve a través de su organización, que es el estado, de varias instancias e instituciones que son: la Sanidad, médicos, hospitales, hospitales psiquiátricos, justicia, prisiones, policía, ejército. En la producción de plusvalía la vida del obrero es devorada por las fuerzas naturales potenciadas del capitalismo (transformación de vida en materia muerta – mercancías). Los órganos, que tienen que garantizar el curso regular de este proceso de producción destructivo para la vida, son los jueces, médicos, policías, militares. La lucha contra el capitalismo – en la sociedad en que vivimos en el momento histórico actual solamente esta lucha es idéntica a la vida – tiene que dirigirse contra las funciones del capitalismo y por consiguiente contra sus funcionarios cuya enfermedad es utilizada y explotada a favor del mantenimiento de la violencia: La carencia de vida se manifiesta como poder [das mangelnde Leben als Macht, Hegel] .

Los enfermos y por eso los sin derechos [und damit die Rechtlosen], si además son amenazados con asesinato, actúan por principio en legítima defensa. No luchan contra hombres, no luchan contra policías, rectores, directores, ministros y otros exponentes, sino simplemente contra fuerzas naturales que se oponen a ellos en forma de estos exponentes que están al servicio del capital.

La meta del Vietcong no es tampoco la destrucción de americanos, sino que busca los puntos flacos en el aparato de destrucción prepotente instalado contra él, para conseguir en cada momento respectivo el efecto más grande posible para parar a ese coloso que es el capitalismo.

 

27. Médico, abogado, catedrático, Sanidad, justicia, ciencia

Médico, abogado, catedrático son agentes de las instituciones dominantes del capitalismo. Según la autorrepresentación de este sistema estos agentes funcionan como vínculos entre estas instituciones dominantes y los pacientes, clientes, estudiantes, es decir la población. El médico vive de las cargas sociales y de los honorarios de los pacientes, el abogado de los honorarios de sus clientes, y el catedrático de los impuestos de la población.

 

Copia del original de una carta a un paciente que ahora está en el hospital psiquiátrico provincial:

"Muy estimado señor....

Que usted haya calificado al doctor Honeck de agente del capitalismo, nadie aquí se lo ha tomado a mal porque nosotros estamos acostumbrados a cosas por el estilo.

Sabemos qué importancia han tenido para usted conceptos como "agente, capitalismo, socialismo, Mao-Tse-Tung" en su estado de confusión mental a la sazón. Usted relacionaba todo y todos con la gran política, por cosas secundarias se interesaba usted poco.

Usted tiene que ejercitarse más y más en atenerse a simples relaciones humanas y deshacerse de todo lo que tiene que ver con alucinaciones y con lo fantástico [alles Wahnhafte und Phantastische].

Su desconfianza infundada de nuestros esfuerzos médicos retarda su curación. Los medicamentos que usted descalifica de narcóticos, son más bien psicofármacos, y con ellos la psiquiatría fue revolucionada en el sentido de que hoy en día enfermedades como la suya que antes habrían sido consideradas incurables, ahora tienen probabilidades de curación.

Muy atentamente,

Doctor médico Ingo Sonntag"

(El doctor Sonntag es psiquiatra de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Freiburg – el decano de esta clínica es el profesor Degkwitz)

 

Según su propio entendimiento y su ética profesional [Standesethik], su código deontológico y profesional [Standesrecht], ellos están totalmente a la disposición de la población. Por ser arraigados institucionalmente en la Sanidad, en la justicia y en la universidad, son obligados, como funcionarios y representantes de estas instituciones de dominio, a imponer los intereses del capital contra la población. Esta función se manifiesta más evidente y extensamente en sus esfuerzos de subrayar los límites de sus competencias y de guardar la distancia.

Al médico no le importa el paciente, sino la incapacidad laboral de éste. Al abogado no le importa el cliente, sino el caso litigioso. Y al científico no le importan las necesidades de la población, porque está trabajando en favor de los intereses del capital, cuales que fueran sus ideas de la ciencia. En todos estos tres casos existe una distancia entre las necesidades del paciente, del cliente, de la población por una parte y lo que por otra parte los portadores de funciones (médico, abogado, científico) consideran y tratan como su objeto de trabajo. Médico, abogado y científico forman parte del sistema de fuerzas, son exponentes de las condiciones sociales, los que constantemente vuelven a producir su "material de trabajo". Debido a la procedencia social, la educación y la potencia económica existe una barrera entre ellos y la población obrera enferma, criminalizada e intelectualmente mantenida subdesarrollada.

 

28. La función del médico como agente del capital y su abolición

Cada necesidad, cada síntoma tiene un momento progresivo y reaccionario. Es menester activar el momento progresivo, utilizarlo y al mismo tiempo ser consciente del momento reaccionario.

La necesidad de tener "tiempo libre", una "vida privada", hay que entenderla como una reacción institucionalizada y canalizada a las condiciones que engendran enfermedad, por ejemplo en el lugar de trabajo, y la "satisfacción" de esta necesidad tiene que ser considerada como la corrupción de la necesidad de liberación por las ofertas de "libertad" de la industria del ocio en los campos de fútbol, delante del televisor, en los talleres de bricolaje, en los criaderos de animales domésticos y en Mallorca. La necesidad de liberación y la necesidad de producción colectiva de libertad son atrofiadas y mutiladas sistemáticamente por la industria capitalista de la manipulación de la conciencia (= industria de lavado de cerebro), y de este modo estas necesidades son desviadas en favor de la necesidad de consumo, convirtiendo la libertad en una mercancía y por consiguiente en ganancias para el sistema capitalista. Esta libertad degradada en mercancía, el contento relativo de los consumidores [Konsumbuerger], el engaño con la salud y la curación en la medicina – tranquilidad y orden – están acompañados lucrativamente de la explotación continua e intensificada en el lugar de trabajo.

La existencia y la función del médico se basa objetiva y materialmente en la enfermedad del paciente. Si la enfermedad es reconocida como condición y resultado del proceso de producción capitalista, entonces la actividad progresiva del médico no puede ser otra que tender a abolir sus funciones que se orientan por el capitalismo y son objetivamente hostiles al enfermo, es decir que la actividad progresiva del médico tiende a la transformación de esta misma sociedad y no tiende de ninguna manera – como es entendida mal y practicada en forma mutilada – a la fabricación de la "salud" del paciente, es decir a la desaparición temporal de la necesidad de "tratamiento". La transformación progresiva [progressive Wendung] de la función del médico sólo puede efectuarse en la práctica a través de la cooperación solidaria con los pacientes. El momento esencial de esta práctica es la socialización de las funciones médicas. En concreto significa esto la socialización de los conocimientos y de las experiencias especiales del médico y eso es algo muy distinto de su mera transmisión según los modelos autoritarios usuales de educación y formación. El conocimiento [Erkenntnis] del paciente y del médico de su papel común de objeto constituye el fundamento para el desarrollo de este proceso de socialización orientado por la causa común. Este proceso colectivo de aprendizaje es para el médico y el paciente un proceso mutuo, y sólo se puede realizar en base a la cooperación incluyendo al médico en el colectivo de los pacientes.

O el médico pone sus funciones a la disposición de los pacientes y sus necesidades [abolición de la propiedad privada de la medicina como medio de producción [Aufhebung des Privateigentums an der aerztlichen Kunst als Produktionsmittel], o se somete al dictado de las leyes naturales de la producción capitalista – naturalmente a favor de su provecho material y de su prestigio "personal" –, y por consiguiente trabaja objetivamente en contra de los intereses vitales de los pacientes. En el sistema dominante la indecisión en esta cuestión [ein "sowohl-als-auch") repercute siempre en contra de los enfermos.

 

29. El rector de la Universidad de Heidelberg como agente del capitalismo

Desde un principio el rector de la Universidad de Heidelberg, el profesor Rendtorff, en su calidad de portador de funciones específicas en la universidad orientada por el capital (del mismo modo como el médico y el psiquiatra Dr. Huber de la policlínica universitaria), tenía la oportunidad de conocer la función de su cargo en el engranaje de la jerarquía del sistema dominante. Antes del despido sin aviso del Dr. Huber por la universidad, los pacientes habían tratado de hablar con el rector en su calidad de instancia con poder decisorio respecto a los problemas pendientes, pero el rector rechazó rotundamente con la argumentación de que eso no era asunto de la incumbencia de los pacientes (¡!). En cambio consintió en el despido sin aviso y en la prohibición del acceso a las clínicas de la universidad sin haber escuchado a los pacientes. Durante la huelga de hambre de los pacientes que después del despido de su médico quedaban sin posibilidad de ser tratados adecuadamente, el rector estuvo dispuesto a hacer concesiones mínimas y totalmente insuficientes que en lo sucesivo además no cumplió. De la situación precaria de los enfermos psíquicos en esta sociedad el Rector Rendtorff tomaba nota solamente en forma de la situación de emergencia actual, igualmente causada por él mismo, de los cien pacientes de la policlínica, y una vez más durante la huelga de hambre de los pacientes, entre ellos el Dr. Huber, trató de limitar el asunto a la persona del Dr. Huber. Con eso contribuyó esencialmente, yendo con la corriente de la ideología dominante de destrucción, al encubrimiento de los problemas sociales de la enfermedad, tratando de personalizar estos problemas y de dirigir el interés público sólo a una persona, a saber al llamado "caso Huber". Aquí se muestra el método corriente de reducir la lucha colectiva contra la miseria social a un cabecilla. *

*Compárese también la práctica de la justicia contra los presuntos cabecillas del SPK, descrito en la "Parte histórica".

El rector fomentó activamente el intento de los instigadores de la facultad Médica de velar delante del público las necesidades reales de los pacientes y el fracaso no sólo de la asistencia universitaria al enfermo por medio de debates centrados en las personas*. En consideración a los argumentos expuestos por los pacientes, puede ser certificado al profesor universitario en el mejor de los casos una enajenación mental por culpa propia [selbstverschuldete Unmuendigkeit].

* Mientras tanto los Huber vendieron lo que podían vender de los productos de su trabajo tomando también créditos para ayudar a algunas y algunos en el SPK contra el hambre. Luego en la prisión eso causaba algunas dificultades más, reproches y restricciones especialmente en contra de la Dra. Huber.
En el iatrocapitalismo incluso lo bueno y la virtud se convierten casi automáticamente en lo contrario, pues la perversión no es cuestión de la moral, sino tiene sistema de antemano, también esto es sistema iatrocapitalista.

 

30. Las instituciones del capital

La característica del orden económico capitalista (= anarquía) es la funcionalización de la vida para las necesidades del capitalismo: El hombre está al servicio de la economía y no viceversa. Este proceso de funcionalización y de destrucción de vida humana es controlado por el Estado.

La Constitución [Grundgesetz] impone a los ciudadanos (población) los "derechos" y las obligaciones favorables para el capitalismo. ¡El servicio secreto (= Verfassungsschutz en alemán = protección de la constitución) tiene la tarea de proteger la realidad de la Constitución contra la población y no viceversa!

La Sanidad estatal tiene la tarea de proteger el capitalismo y el "orden" social contra los enfermos, y no viceversa a la población enferma contra las condiciones patógenas y la violencia asesina del capitalismo. El Parlamento, el legislador tiene – como la medicina – la tarea de categorizar las manifestaciones vitales de la población en aquellas que favorecen las relaciones sociales dominantes de producción, y en aquellas que son apropiadas para cambiar estas relaciones en favor de las necesidades de la población. El parlamento hace la ley para proteger y mantener la propiedad privada de los medios de producción. Según estas leyes los "crímenes" – los cuales son nada más que la manifestación de las contradicciones sociales dentro de cada uno [im Einzelnen] – son combatidos y condenados como violación individual de las normas sociales. La protesta que se manifiesta en el "crimen" tiene que ser destruida por la justicia. La justicia se encarga de la función de una institución distribuidora, de una rampa de selección contra los enfermos. En colaboración con la psiquiatría, la justicia delega la explotación lucrativa de los enfermos a prisiones, a centros correccionales enmascarados como instituciones de la llamada psiquiatría social (como por ejemplo el Instituto Central Alemán para la Salud Psíquica del profesor Dr. Dr. Heinz Haefner en Heidelberg y Mannheim), a sanatorios e instituciones de asistencia, o en el caso de multas, al mercado laboral "libre" para intensificar su explotación. ¿Qué han escrito en los portales de los campos de concentración? – "¡El trabajo hace libre!" ["Arbeit macht frei!"].

El ejército, la policía de protección de "fronteras" ["Grenz"schutz]* (52) y la policía son instrumentos coercitivos del Gobierno que tienen que imponer el "orden" social del capitalismo hostil a la vida contra las necesidades de la población enferma. La policía – "tu amigo y tu ayudante" – no está al servicio de la población, sino a los intereses de los dirigentes y agentes del capitalismo. Pero si la policía no está al servicio de la población, entonces la población tiene que estar al servicio de la policía. Un régimen policíaco se caracteriza no sólo por la competencia de su policía armada para la destrucción definitiva de la vida que ya no puede ser explotada por las agencias de explotación que son el mercado laboral, la Sanidad y la justicia: La característica de un régimen policíaco es la funcionalización de la población para las necesidades de la policía (véase las investigaciones de policía en la televisión, por ejemplo XY-Zimmermann que es un periodista de la televisión alemana que invita regularmente a la población en sus emisiones de diversión a participar en las investigaciones policíacas). Al nivel de la conciencia pública este negocio sucio es preparado y fomentado por la religión (culpa y expiación), la escuela (recompensa y castigo) y la sumisión a las autoridades la que es inculcada continuamente en la "vida diaria".

* No la protección de las fronteras territoriales, sino protección de las fronteras entre los explotadores y los explotados.

La prensa, la radio y la tele-XY intentan, por orden de la policía, fanatizar a la población en favor de los intereses del Estado y del capital contra los intereses reales de la población para que ésta participe en la caza y las persecuciones. Los éxitos policíacos (fusilamientos, cacerías, detenciones) son presentados luego por la prensa como éxitos posibilitados únicamente por el respaldo activo de la población. De esta manera el Estado combate la disminución de la lealtad de las masas y trata de producir continuamente de nuevo la conciencia de la identidad de los intereses del explotador y del explotado porque una tal conciencia es necesaria para el mantenimiento de este Estado de violencia.

Cada uno debe convertirse en un policía pequeño – porque no cada uno puede ser un "criminal", pues el "crimen" colectivo solidario contra la propiedad privada sería la revolución socialista. Y si cada uno en este Estado debe ser un pequeño policía, entonces llamamos a este Estado un régimen policíaco.

Sólo con la ayuda del régimen policíaco la revolución socialista puede ser aplazada en perjuicio de la población enferma. Un régimen policíaco tal tiene las características de una administración total, de la funcionalización y la explotación de la vida humana por medio de una cadena continua de competencias: familia, escuela, servicio militar, empresa, Sanidad. Todo esto ocurre según el principio de la legalidad (Legalitaetsprinzip, § 152 StPO = Código de procesamiento penal alemán) que sólo se aplica contra seres humanos mutilados, explotados y enfermos, pero no contra fiscales, jueces, directores, policías y otros agentes que por autoevaluación tienen que ser "sanos" y que cometen en relación con la persecución de inocentes (§ 344 StGB = Código penal alemán) sistemáticamente crímenes (§ 129 StGB) como allanamiento de morada (§ 342 StGB), lesión corporal (§ 340 StGB), privación de la libertad (§ 341 StGB), chantaje (§ 343 StGB), campaña difamatoria (§ 130 StGB) etc. Quien vea en estas declaraciones una difamación del Estado (§ 131 StGB), que pruebe lo contrario en la práctica *, si tuviera el poder para probarlo.

* Citamos aquí los artículos para mostrar que los órganos estatales violan con constancia justamente aquellas leyes que pretenden proteger. Lo que debe ser protegido, solamente puede ser protegido mediante su violación.

 

31. Acerca del problema de la violencia – la escalada de la violencia

Constatación: La totalidad del potencial para ejercer el poder material e ideológico está en las manos del Estado que es la instancia supresiva del capitalismo.

Si expresamos en teach-ins (discusiones públicas), go-ins (intervenciones públicas), huelgas etc. nuestra crítica verbal y material de las relaciones de producción capitalista, entonces el aparato de los poderes de la ciencia establecida y del Estado rechaza, incluso al nivel verbal, la discusión y la controversia orientadas por la práctica. Cuando los obreros manifiestan por medio de huelgas su protesta contra las condiciones laborales capitalistas las que destruyen la vida, intervienen el comité de empresa [Betriebsrat] y los sindicatos – apoyados por los potenciales coercitivos como esquiroles, policía de la empresa, policía y policía de protección de fronteras [Bundesgrenzschutz] – para sofocar, con referencia a llamadas presiones que proceden supuestamente de las circunstancias materiales (coerción de hacer ganancias), la protesta de los obreros. Cuando la crítica, la protesta como resistencia, se convierten en una fuerza material, entonces es tildada de criminal y eliminada por parte del Estado, con la ayuda de la ideología de cabecilla, como "resistencia contra la autoridad pública" ["Widerstand gegen die Staatsgewalt"]. Cuando esta resistencia ya no es una resistencia puntual [punktuell] sino se transforma en una organización, basándose en la fuerza productiva revolucionaria de la enfermedad, entonces la "resistencia contra la autoridad pública", artificialmente individualizada por la ideología de cabecilla, es interpretada por los dominantes como una "asociación criminal con el fin de la subversión del orden constitucional" [§ 129 y § 81 StGB (Código penal alemán)]*, y la fuerza productiva revolucionaria de la enfermedad y sus portadores que son los pacientes del colectivo son hechos desaparecer y encerrados (en aislamiento celular, porque a este nivel del conflicto entre la vida y el capitalismo, el aislamiento se puede mantener sólo mediante la aplicación manifiesta de violencia brutal) para proteger las relaciones sociales destructivas contra la fuerza productiva de la enfermedad. Esta escalada de la violencia de parte de los opresores dominantes es un reflejo del despliegue de la fuerza productiva revolucionaria de la enfermedad. Los pacientes son llevados a todo precio a juicio en calidad de representantes de la fuerza productiva que es la enfermedad. Se encuentran cara a cara con el poder frío, petrificado y muerto del capitalismo que trata de vengarse de la emancipación y de la solidaridad de los enfermos por medio de los principios del derecho penal que se basa en el principio de culpabilidad [Schuldstrafrecht]. "La venganza es una comida que se disfruta fría", dijo ya en 1944 el ministro de Propaganda de Hitler, el Sr. Goebbels.

* Textos de Beck, edición 11, en mayo de 1971, dtv:

§ 129 Asociaciones Criminales

(1) Quien funda una asociación cuyos fines o actividad tienden a perpetrar actos criminales o quien participa en tal asociación como miembro, hace propaganda para ella o la apoya, es penalizado por una pena privativa de libertad de hasta cinco años.

(2) Sección 1 no se aplica

1. cuando la asociación es un partido político al que la Corte Constitucional Federal no ha declarado anticonstitucional,

2. cuando la perpetración de actos criminales sólo es un fin o una actividad de significación inferior o

3. en tanto que los fines o la actividad de la asociación conciernen actos criminales según los §§ 84 hasta 87.

(3) El intento de fundar una asociación mencionada en la sección (1) es un acto punible.

(4) Pertenece el autor a los cabecillas o inspiradores o existe alguna otra causa muy seria, entonces se le condena a una pena privativa de libertad de seis meses hasta cinco años. Además puede ser admitida vigilancia policial.

(5) Respecto a participantes cuya culpa es insignificante y cuya participación tiene una importancia inferior, el tribunal puede atenuar la pena a discreción (§ 15) o prescindir de una pena según las secciones (1) y (3).

(6) El tribunal puede atenuar la pena a discreción (§ 15) o prescindir de una pena según estos reglamentos, cuando el autor

1. procura voluntaria y seriamente impedir la perduración de la asociación y la perpetración de un hecho delictivo correspondiente a sus fines, o

2. desvela voluntariamente a tiempo ante las autoridades su saber para que hechos delictivos, cuya planificación él conoce, puedan ser impedidos; consigue el autor su meta de impedir la continuación de la asociación o si se consigue eso sin su esfuerzo, entonces no es penalizado. (Véase respecto a esto también "Régimen policíaco" )

§ 81 Crimen de Alta Traición contra la República Federal

(1) Quien empieza, con violencia o mediante la amenaza con violencia

1. a perjudicar la existencia de la República Federal de Alemania o

2. a cambiar el orden constitucional basado sobre la Constitución de la República Federal de Alemania, es penalizado por crimen de alta traición contra la Federación con una pena privativa de libertad perpetua o de no menos de diez años.

(2) En casos menos graves la pena es una pena privativa de libertad de un año hasta diez años.

"El fiscal formula el prejuicio, la estupidez enjuicia, y todo esto solamente para proteger a ese Don Nadie", dijo el abogado Horst Mahler en calidad de acusado en el proceso Springer. El "Don Nadie" era el Sr. Springer, el propietario de la prensa Springer. Pero el Don Nadie, el Sr. Springer, no es nada más que un agente de la fuerza destructiva del capitalismo, de las relaciones de producción asesinas. El prejuicio no es de ninguna manera el monopolio del fiscal. El prejuicio y la estupidez se reúnen también en la persona del juez: El Sr. Juergen Roth ya había escrito el día 13.8.1971 en el periódico semanal "Publik" que los jueces de Heidelberg dicen "oficiosamente" que todos los pacientes son criminales. En el uso del idioma del derecho dominante este fenómeno no se llama "prejuicio", sino "parcialidad" y es objeto del juicio de la magistratura misma – ¡autorreflexión en el espejo deformante! [Selbstreflexion im Zerrspiegel].

En realidad con esta "parcialidad" conceden a los pacientes por primera vez judicialmente la relevancia jurídica, a saber que a partir de ahora y para siempre tienen derechos, es decir tienen la legitimación pasiva (Passivlegitimation = el derecho de ser sentenciado). Esta legitimación pasiva todavía les fue negada a los pacientes por abogados y jueces cuando solicitaban la prórroga contra la ejecución de la sentencia de desahucio. Los pacientes son estigmatizados como criminales, la enfermedad llega a ser un crimen, cuando la enfermedad se manifiesta como fuerza productiva organizada en favor de los pacientes.

En la Sanidad la enfermedad es tratada como objeto, como material enfermo, es decir que los momentos reaccionarios de la enfermedad son empleados contra el paciente: El paciente se ve confirmado en su actitud negativa frente a la enfermedad. Su enfermedad le es quitada, es administrada burocráticamente, es analizada química y radiológicamente, es tratada de manera farmacéutica, eléctrica, radioactiva, quirúrgica, es amputada; en resumen: el paciente es expropiado y su enfermedad es convertida en capital, en capital de la industria de construcción (hospitales, chalets de los médicos jefes), en capital de la industria química y farmacéutica (reactivos, medicamentos), en capital de la industria eléctrica (aparatos de rayos X, aparatos de radioterapia, electrógrafos, cardiógrafos, encefalógrafos, aparatos de electrochoques etc.), en capital de la industria del vidrio (instrumentos de laboratorios) etc.

La protesta como momento progresivo de la enfermedad para el paciente es suprimida sistemáticamente en la relación médico-paciente, y si la protesta se puede manifestar de alguna manera, entonces en el mejor de los casos el paciente es ignorado y descalificado como reparón y querellador, o en "casos graves" la protesta es explotada e internada lucrativamente en favor del capital como material enfermo.

Cuando la enfermedad se manifiesta en forma organizada, como en el SPK, su explotación capitalista en la "San"idad es imposibilitada por los pacientes organizados recurriendo al momento progresivo de la enfermedad. A saber, si este contexto de explotación es perturbado por los pacientes, entonces el aparato de la Sanidad es sustituido por los aparatos policiales y judiciales: ametralladoras en lugar de electrochoques, aislamiento en la prisión en lugar de Haloperidol y camisa de fuerza – ¡escalada de violencia!

 

32. Ejemplo "manía" persecutoria – momentos progresivos y reaccionarios de una enfermedad

La "manía" persecutoria es una enfermedad extremamente generalizada, en el sentido más amplio es la enfermedad social por antonomasia. La palabra "manía" persecutoria no es nada más que una etiqueta que demuestra la falta de comprensión de parte de los que la han inventado. Cuando alguien está viendo en todas o en casi todas las impresiones que experimenta en su entorno una amenaza contra su existencia, contra su "vida", y cuando además su fantasía está produciendo impresiones (alucinaciones) para las cuales no se pueden comprobar ningunas causas directamente identificables en el presente material, entonces es declarado paranoico o maníaco de persecución por los diagnosticadores médicos. Agorafobia (el miedo a atravesar plazas abiertas), fobia de puentes, claustrofobia (miedo a habitaciones repletas y cerradas), hipocondría (miedo al fallo del propio organismo), eritrofobia (miedo a enrojecerse) etc., son solamente manifestaciones particulares de la "manía" persecutoria. "Manía" persecutoria no es nada más que el reverso etiquetado, proscrito, discriminado y difamado o la continuación de lo que se califica en el lenguaje popular de "desconfianza saludable". "Manía" persecutoria es el producto del hecho de que en la sociedad capitalista cada uno es objeto, y la "manía persecutoria" es una manifestación de la relación polarizada entre la vida y el capital, entre la materia orgánica, viva y la materia inorgánica, muerta.

Un aislado tiene angustia, se siente amenazado por "poderes" desconocidos, porque para éste la realidad social es impenetrable, le es ajena, porque está alienado de esta realidad y ella le es alienada a él: La condición de la sociedad capitalista es precisamente aislamiento e inconsciencia. El momento reaccionario de la enfermedad "manía" persecutoria es la inhibición que significa una paralización para el "maníaco" de persecución estando objetivamente indefenso, aislado y alienado. Su momento progresivo es la protesta contra las relaciones dominantes de producción, las que el enfermo experimenta – absolutamente adecuado a la realidad – como algo hostil, incluso como algo que amenaza la vida. Tarea y función de la agitación deben ser: hacer que la realidad social sea comprensible para el enfermo y que su protesta sin rumbo fijo y paralizada se convierta en acciones colectivas de resistencia contra las condiciones sociales patógenas y destructivas.

La utilización destructiva, la explotación de la "manía" persecutoria como una enfermedad social se manifiesta en la movilización del momento reaccionario de la "manía" persecutoria por la pequeña minoridad radical de los agentes y cómplices del capital que disponen de la totalidad del potencial material de violencia de la sociedad (armas, prisiones, tribunales, clínicas, hospitales psiquiátricos, asilos etc. etc.) : XY-Zimmermann, histerismo con respecto a Baader-Meinhof, órdenes de búsqueda y captura, las instigaciones de la banda Genscher-Springer-Loewenthal.

El miedo de los dominantes (entonces su "manía" persecutoria) es por otra parte la reacción totalmente adecuada a la realidad al poder latente y constantemente suprimido a la fuerza de la población que actúa de manera colectiva y solidaria. "Sus mil miedos son vigilados de mil modos distintos."

Tanto el aislado como la masa amorfa de la población son objetos y no sujetos del proceso histórico.

El alienado, el manipulado, el perseguido, el "maníaco" de persecución son entregados sin defensa a las relaciones de producción objetivamente asesinas del "orden" social dominante. Entonces la "manía" persecutoria es una manifestación adecuada a la realidad.

Cuando en una conversación anodina en un bar el "maníaco" de persecución es preguntado por un desconocido por su procedencia y su dirección, el "maníaco" de persecución se pone nervioso y teme que su interlocutor sea un agente del servicio secreto. – En realidad hay muchos de esos agentes y mucha gente que trabaja, sin saberlo o por interés egoísta, como informantes a favor de esas y otras instituciones estatales (otra vez "manía" de persecución). Cuando el "maníaco" de persecución come un arenque, se imagina que podría estar envenenado para enfermarle o para matarle. – La llamada contaminación del medio ambiente que resulta del capitalismo es un hecho, una amenaza absolutamente real contra la vida humana.

O el "maníaco" de persecución tiene un poco de dinero o un lugar de trabajo. Tiene miedo de perder el dinero o su lugar de trabajo, o que alguien le robe el dinero o que un colega "mejor" obtenga su lugar de trabajo. – El poco dinero que tiene es su "documento de identidad" que le permite comer, abrigarse, tener vivienda; el lugar de trabajo es la única posibilidad para él de "realizarse", de ganarse la vida. El dinero y el lugar de trabajo son para él su vida. – Pero existe penuria y miseria, por consiguiente hay ladrones. Y existe el principio de competencia, por consiguiente hay egoístas sin escrúpulos. Y existe el capitalismo en el que los que no tienen ni dinero ni trabajo son menos que nada y son convertidos en juguete para los dominantes; existe el capitalismo en que el obrero enfermo, suprimido, explotado es robado continuamente por los grandes almacenes, por los bancos, los propietarios, mediante los precios, intereses y alquileres; existe el capitalismo en el que empresas son cerradas o "racionalizadas" sin consideración de las necesidades de los obreros.

El "maníaco" de persecución tiene miedo de ir al médico, tiene miedo al reconocimiento, a la terapia, a las inyecciones, a las operaciones etc. – Antes del reconocimiento sus datos personales son registrados y también su biografía (anamnesis), tiene que presentar su documento de identidad como en la comisaría de policía, tiene que presentar su monedero (asegurado o no) como en la tienda de comestibles o en casa del suegro futuro, tiene que quitarse la ropa y permitir que le miren y le toquen igual que a una vaca en la feria de ganado, y tiene que aceptar la diagnosis igual que el acusado la sentencia del juez. Y luego llega la terapia, la condena: ya no debe fumar, ya no debe beber, tiene que aguantar que le pongan inyecciones que le duelen, tiene que sufrir operaciones, tiene que permitir que le quiten órganos o miembros. ¡Y nunca se enterará – ni durante el reconocimiento, ni después de la "curación" – del cómo y del por qué!

– ¿"Manía" persecutoria? – ¡No, realidad!

O el "maníaco" de persecución se dirige a un periódico para sugerir a éste que escriba un artículo sobre sus necesidades y las necesidades de la sociedad. El periodista es para él el representante de intereses sociales. El periodista le dice cómo "uno" tiene que presentar su problema, le habla de presión de las circunstancias [Sachzwaenge], de la "opinión pública", de la clientela que inserta los anuncios y de los suscriptores a los que hay que tener en cuenta. Finalmente, si el "maníaco" de persecución tiene suerte, se publica a lo mejor un pequeño artículo en el que el "maníaco" de persecución no se reconoce a sí mismo ni a su problema. Le parece que ya no comprende al mundo. Y después se publica de repente un artículo largo escrito por un profesor o incluso por un ministro que dice totalmente otra cosa. Éste dice que el "maníaco" de persecución es un maníaco de persecución, que está loco y es un criminal y que "no puede ser tolerado y que tiene que ser eliminado rápidamente". ¿Manía de persecución? ¡No! ¡Realidad!

O el "maníaco" de persecución se siente amenazado y perseguido por asesinos cuando vuelve a casa por la noche. Figuras oscuras le siguen secretamente. Pero no ha aprendido, ni en su casa paterna, ni en la escuela, ni durante su formación laboral, ni en la universidad, que la sociedad capitalista se basa en asesinato, que "su vida" no es nada más que un producto residual de la acumulación capitalista, que el asesinato sistemático y frenado [gebremst], tal como se manifiesta en la enfermedad, es condición y resultado de las relaciones capitalistas de producción. Y no se ha enterado de que es perseguido y acechado día y noche, de que su casa está cercada por policías de paisano disfrazados de salteadores, y de que las instituciones y las agencias del capitalismo tienen la intención de suprimir cualquier impulso vital de los suprimidos y explotados por todos los medios, sea por un decreto ministerial, sea por la difamación pública, sea por la bala de una ametralladora de la policía.

¡El hombre o la mujer que tienen miedo de ser asesinados, llevan razón! Solamente hay que explicarles por qué llevan razón. Entonces su miedo se convierte en un arma.

"Hacer de la enfermedad un arma" – éste es el principio del SPK.

 

33. Agresividad – ataque y defensa

Igual que la tristeza y la desesperación etc., las agresiones son afectos que, bajo el dominio de la necesidad social primaria de la acumulación de capital, tienen que ser sometidos en el caso excepcional a un "tratamiento especial" por las instituciones del capital.

Lo que normalmente se manifiesta como agresión es protesta desfigurada: convenciones, cortesía, formalidad, amabilidad, ironía, dominio sobre sí mismo, distancia, reserva extrema ("no se sabe nunca"). Esta protesta inhibida y canalizada impide discusiones abiertas, se dirige contra nosotros mismos, se transmite en escalones de arriba hacia abajo: Del jefe al maestro, al capataz, al obrero, del obrero contra el obrero.

Modales son modos de evitar [Umgangsformen als Umgehungsformen] que tienden a ocultar los antagonismos de clases, a disimular contradicciones y a atizar guerras de guerrilla entre los afectados, los explotados y los suprimidos mismos. El negocio con las convenciones – el visaje sonriente del poder– lo dejamos al enemigo de clase. A saber, en tanto que estamos evitando nuestros problemas en lugar de abordarlos directamente, no habrá cambios. La palabra "agresión" viene del verbo latino "aggredi", esto significa "abordar un asunto" ["an eine Sache herangehen"].

El reproche bastante frecuente contra los pacientes del SPK (sobre todo por parte de los estudiantes "izquierdistas" o "simpatizantes") de ser agresivos, ingenuos, militantes etc., este reproche hay que considerarlo como una reproducción e imitación del ritual de etiquetar de los psiquiatras, psicólogos, criminólogos, demagogos, jueces, fiscales etc. (éstos preparan a sus adversarios mediante clasificaciones con el fin de la destrucción física). Este reproche es también un índice de la incapacidad (¡miedo!) de estos "izquierdistas" de romper con las convenciones burguesas – en lugar de esto, evitan el problema y a sí mismos por medio de votaciones, moderadores, listas de oradores, buenos modales en las discusiones. Así reproducen e imitan dentro de sus organizaciones las estructuras que quieren combatir a gran escala.

En todas las luchas por la liberación se trata para los combatientes de hacer de su papel de objeto, el que les está impuesto, un principio afirmativo: Los proletarios del Manifiesto del Partido Comunista (1848), los que "no tienen nada que perder en una revolución comunista salvo sus cadenas", los afro-americanos organizados en el partido de los Panteras Negras en los Estados Unidos que luchan por la abolición de su esclavitud "moderna", y finalmente los enfermos que han reconocido en la enfermedad la única fuerza productiva revolucionaria y actúan conforme a ésta. En la lucha por la liberación de los enfermos no se trata de defender un estatus fijado por la sociedad, lo mismo que en el Manifiesto del Partido Comunista no se trata de defender el estatus del proletariado, o en la lucha del partido de los Panteras Negras de defender, y con esto, de mantener el papel de los negros en la sociedad de los explotadores. A través del atributo constitutivo de no tener ningunos derechos, los enfermos tienen el "derecho natural" de autodefensa, es decir de defensa de su sustancia vital [Vitalsubstanz] que les queda, y que está expuesta a los ataques continuos de los agentes de la economía de muerte.*

*Luchadores políticos de Irlanda del Norte sin depresión.
"Desde que en Irlanda del Norte se ha desencadenado la guerra civil, el número de enfermedades depresivas y tentativas de suicidio ha disminuido en un grado sorprendentemente alto, es decir más de la mitad. Eso se muestra en el caso de personas de los estratos sociales bajos que son los participantes principales de las luchas. Personas de las clases superiores en Belfast y en diferentes partes más tranquilas de Irlanda del Norte en cambio sufren en un grado mayor de depresiones, como declaró el Dr. H.A. Lyons del Purdysburn Hospital en Belfast".
Frankfurter Rundschau del 21 de agosto de 1972

La autodefensa no es una finalidad en sí, sino una estrategia que conserva lo que se defiende – los restos de la sustancia vital, "la vida" – para usarlo en la lucha colectiva por la liberación contra las coacciones del capitalismo organizado, contra los administradores y los agentes de la explotación, supresión y asesinato en las formas socialmente institucionalizadas de aquí y de hoy. En el proceso de la autodefensa está incluido ya su contrario, el ataque como lucha colectiva basándose en cooperación y solidaridad; esta lucha es el medio y la cualidad nueva al mismo tiempo.

La lucha colectiva es la cualidad nueva, y en ella es solucionado [aufgehoben] el antagonismo dialéctico de ataque y defensa*.

*Lo mismo se aplica también para la dialéctica de acusación y defensa en el así llamado Estado de Derecho, sólo con la diferencia de que aquí la "defensa" que es limitada por el formalismo jurídico, prescrito y forzado, no puede más que convertirse ella misma en acusación en tanto que los instrumentos del poder ejecutivo todavía están a disposición de los monopolistas de la ley.

 

34. Identidad con el capital ilustrada con el ejemplo "éxito"

"Éxito" en este orden social significa la corrupción del que "tiene éxito" = el "estafador engañado".

La identidad de los aislados con el capitalismo se manifiesta en varias formas: afán de propiedad y agarrarse a la propiedad, miedo a la pérdida de esta propiedad, desdén de "la vida misma" ["nacktes Leben"], y sea solamente la necesidad de vestir a la moda. Pretendidos símbolos de prestigio – coche, viajes, pasatiempos, mobiliario etc. – son solamente petrificaciones de la vida – identidad con el capitalismo. Esta acumulación de bienes de consumo no es nada más que autoengaño y sirve exclusivamente para la reproducción de la mercancía fuerza de trabajo. El "éxito" que tiene uno es una ilusión: sean cuales sean el lugar de trabajo favorable que encuentre o la vivienda más o menos aceptable que tenga, sea cual sea el examen que apruebe, sea cual sea la mujer que "conquiste".

El sentimiento de ser "apreciado" ["anerkannt"], de ser simpático, de "haber hecho una carrera", de aventajar a los demás y ser superior (principio de competición y de rendimiento) es un resultado de la supresión sistemática de la vida humana. La sensación de tener éxito es acompañada generalmente por un sentimiento de gratitud hacia ciertas instituciones sociales, o bien hacia sus exponentes: empresarios, propietarios de casa, rector de la universidad, redactor de prensa, editor de libros, y finalmente hacia las condiciones sociales en general. Pero: El supuesto éxito "propio" es en realidad el éxito – un éxito de la corrupción – del lado adversario, y es un elemento esencial de la identificación "del que tiene éxito" con el capitalismo [Identitaet des "Erfolgreichen" mit dem Kapital].

 

 

 

35. Identidad política

Para mantener la desproporción entre las fuerzas productivas desarrolladas y las relaciones de producción, que son mantenidas sistemáticamente y a la fuerza subdesarrolladas, en favor de la acumulación de capital, es menester la sumisión de las necesidades humanas a las "leyes naturales" de la producción y destrucción capitalistas.

Esta contradicción se manifiesta en cada uno en forma de la separación y la oposición entre la razón y el sentimiento. El mantenimiento de la separación artificial de estas dos manifestaciones vitales es la condición para el "silencio" ["Ruhe"] de los afectos, para el orden en las fábricas donde la fuerza vital de los hombres es transformada racionalmente en materia inorgánica (= capital).

La "razón" del capital se manifiesta en la racionalización de las empresas, el incremento de las fuerzas productivas, la intensificación de la explotación y el mantenimiento por fuerza de las relaciones de producción.

Cada uno está condicionado en su racionalidad por la racionalidad del capitalismo la que se opone a uno como fuerza natural que todos experimentan diariamente, y que por tanto parece totalmente "razonable". Por eso la protesta contra esta fuerza destructiva es al principio solamente una protesta emocional y sentida. Pero como reina la "razón", estos "deslices" emocionales son racionalizados y "desaparecen" en úlceras de estómago, colecistitis, trastornos de la circulación, cálculos renales, calambres de toda clase, impotencia, constipación, dolores de muelas, dermatosis, dolores de espalda, jaqueca, asma, accidentes de tráfico y accidentes laborales, descontento etc. – o bien las emociones proliferan en las relaciones interpersonales (peste emocional), en la ausencia de afectos (un hombre "serio"), en la psicosis etc.

La violencia de la "razón" es la muerte lenta en forma del momento reaccionario de la enfermedad.

Las necesidades de esos mutilados del sistema, es decir nuestras necesidades se convierten en el centro, en el punto de partida, en el motor del trabajo agitador y político de la autoorganización socialista determinada por la enfermedad.

Necesidades como la propiedad, la carrera, la individualidad, el desarrollo de la personalidad, la perspectiva profesional revolucionaria, en una palabra: Las necesidades llamadas "humanas" son siempre las reproducciones inequívocas de formas capitalistas de relacionarse y de prestigio social las que impiden la solidaridad y son hostiles a la vida.

Todo lo que parece ser diferente y separar a unos de otros, todo lo que favorece el aislamiento y por consiguiente el mantenimiento del capitalismo, es disuelto [aufgehoben] en la unidad de las necesidades que se manifiesta en la necesidad colectiva de transformación. Esta unidad de las conciencias se manifiesta en la identidad política. Identidad política* significa: Unidad de las necesidades y la lucha política relacionada con estas necesidades, y eso es la lucha solidaria contra la fuerza natural del capitalismo.

*SPK/PF(H) Marzo 1997:

Aquí una ampliación necesaria y más precisa:
Dentro de la identidad política SPK/PF(H) distingue 3 identidades:

  1. identidad política significa estabilidad contra el estar separado uno del otro. Hoy en día llamamos a esta identidad: la identidad patopráctica.

  2. identidad ideológica significa estabilidad contra estar separado respecto al tiempo. Hoy en día llamamos a esta identidad: la identidad diapática.

  3. identidad revolucionaria significa estabilidad respecto a la efectividad colectiva [kollektive Wirkstabilitaet]. Hoy en día llamamos a esta identidad: la identidad utopática.

 

36. En lugar de un protocolo de agitación

Imagínese a un enfermo con achaques permanentes: Insomnio, dolor de cabeza, palpitaciones del corazón, miedo a morir. Y luego tiene aún que temer constantemente el ser víctima de una "enfermedad profesional", de un "accidente" laboral, de un "accidente" de tráfico o de una gripe. Cuando este enfermo pues va al médico, entonces espera que éste encuentre las causas de su sufrimiento y las elimine (terapia) y siempre se supone que estas causas sean de índole "orgánica" (reconocimiento, diagnóstico). Esta expectativa "natural" es fomentada por el procedimiento del médico: Le saca la sangre al paciente la que es examinada, hace radiografías de su cuerpo, examina los reflejos con martillo y aguja, y finalmente le prescribe algunas pastillas o le da una inyección al paciente. O manda al paciente al hospital donde éste es operado, y luego suturado o amputado. Pero a veces durante y antes de la "terapia" el paciente puede hablar de su enfermedad. No precisamente lo que el paciente quiere: tiene que dar al médico sus datos personales, su número del seguro de enfermedad, el contenido de su pasaporte que es una sentencia de muerte a demanda que cada ciudadano lleva en su bolsillo, y el volante del seguro que es el certificado que el paciente ya ha pagado por adelantado los gastos de su reparación mediante el embargo permanente del salario ("cargas sociales").

Cuando el enfermo, antes de empezar un nuevo trabajo, tiene que someterse a una inspección médica obligatoria por el médico de empresa (en alemán: "Vertrauens"arzt = médico "de confianza" porque tiene la confianza del capital) o por la delegación estatal de Sanidad (una especie de inspección técnica de máquinas de trabajo), entonces el enfermo contestará allí en lo posible a las preguntas, desde luego lo "mejor" que pueda. No dirá nada de sus sufrimientos o achaques. A la pregunta: ¿"Había enfermedades hereditarias o mentales o suicidios en la familia?" no contestará espontáneamente y conforme a la verdad : ¿"Dónde si no en la familia?", sino contestará simplemente : "No." Porque tiene que encontrar trabajo, si no...

Por otra parte: Un enfermo viene al SPK con más o menos la misma expectación con respecto a la "curación" de "su" enfermedad. Pues aquí el reconocimiento corporal y la asistencia médica, incluido el tratamiento con medicamentos ocupan un lugar secundario. Más bien el enfermo tiene la oportunidad de reflexionar sobre las causas y la función de sus achaques y de hablar con otros enfermos. En el transcurso del proceso de la agitación terapéutica descubre de repente o poco a poco que todas esas historias de la condicionalidad orgánica de su enfermedad o de que él mismo ha causado su enfermedad, sí ... quizás ... realmente ... sí, que esto es quizás la clave, que su entera existencia social ... sí, pero entonces tendría que hacer algo, pues sí, él podría ... hacer algo ... junto con los demás enfermos. Sí – pero éstos están mucho más "sanos" que yo, de lo contrario no estarían tan vivos, ... yo soy totalmente distinto, yo estoy verdaderamente enfermo, yo no puedo ... ¿o tengo miedo quizás? – ¿Miedo a perder mi enfermedad? – ¿Miedo a mi propia viveza, a mi energía de vida que desde mi nacimiento ha sido asfixiada? – Entonces, lo probaré con la política: ¡Políticamente activo sólo se puede ser si uno tiene buena salud! Y cuando estoy enfermo, pues voy al médico y éste me reparará luego perfectamente. E incluso los médicos dicen que solamente hay que creer en recobrar la salud, y entonces uno recobrará la salud y la conservará. ¡Y cuando entonces tenga buena salud – ... sí luego, luego haré algo muy grande! "Cooperación" ... "Solidaridad" – ¿dónde hay eso? ... en China, en el Vietnam, en Cuba, sí ... sí ... pero aquí, hoy? ... ¡Aquí! – ¡Hoy! – ¿Autoorganización socialista bajo la determinación de la enfermedad?