Julio 2000/Enero 2001
Historia del Patientenfront
(Frente de Pacientes)
Fundamentos-cumbres, complementos, fracturas
¿Quién, quién no?
Hecho
historia sólo lo ha hecho el Patientenfront (PF) [Frente de Pacientes (FP)], todo y todos en uno, todo un universo (all-ein). Sólo él habla para el Sozialistisches Patientenkollektiv (SPK) [Colectivo Socialista de Pacientes], para todo el SPK, hoy más que nunca.La historia universal (Weltgeschichte) no ha hecho nunca historia. Es el registro de la estupidez bestialmente (¡!) bárbara. Nada contra las bestias, nada contra animales. Siguen y obedecen a su especie, porque ellos al menos tienen una. Uno no tiene la más leve vislumbre de ella, pero nosotros, prehomínidos como todos los demás y el resto mucho más grande, sí tenemos al menos una vislumbre: El secreto de la enfermedad es la especie. Como nosotros sabemos esto, lo sabemos y lo sabíamos con toda la certeza de la enfermedad, por eso se llama y es hoy el SPK: SPK/PF(H), MFE (= EMF: Expansionismo Multifocal). No existe y no existía SPK alguno, Frente de Pacientes alguno excepto en esta forma haciendo estallar todas las formas. ¿Quién entonces? ¡La historia del Frente de Pacientes hecha por nosotros, solamente apuntada aquí por primera vez! ¿Quién no? Todos los demás de fuera, incluso sus historias trilladas y bestiales. Forraje para animales domésticos.
Concepto de la enfermedad
Nadie y nada
manda entre nosotros, excepto la materia, excepto la sustancia concepto de la enfermedad. El cortocircuitarle con su vida cotidiana, completar el concepto de la enfermedad para una teoría concluyente y abarcadora (solamente cosas enteras se rompen de modo constructivo... véase canción del Frente de Pacientes), esto le era a algún que otro, pero sólo a muy pocos, demasiado ya desde hace tiempo, y sea solamente para empezar con ello. También desunidos (auseinandergeeinigt) de común acuerdo desde hace poco, desde el cumplimiento del Frente de Pacientes o sea desde hace decenios en un caso singular, tenemos nosotros, el SPK/PF, que hablar también para ellos, nosotros, el SPK/PF(H), MFE, y nadie más.Es y sigue siendo precisamente la diferencia principal estratégica y por principio, por ejemplo volver a pagar (¡ELLOS!) de modo privado facturas médicas o el desangrar colectivamente (¡NOSOTROS!) a la clase médica. Estar a favor y no en contra de la propia enfermedad, propagar (la protesta de)* la propia enfermedad en vez de esconderla, esto es el primer paso patopráctico aún antes del concepto de la enfermedad o mano a mano con él: autoestigmatización.
*
Al Jean-Paul Marat de Peter Weiss de 1965 representado por un grupo de locos en el teatro de Wiesbaden, sí, tal cosa han alabado los de la clase médica de Heidelberg, un caso para ella, incluído la revolución, incluído Sade, Corday, Danton, "pañales cerebrales" (Hirnwindeln) [en vez de circunvolución cerebral (Hirnwindungen, P. Weiss, no Marat)] y más cosas por el estilo. Al fundador del SPK trataron, sin ser llamados y bajo el camuflaje del colegialismo, de "liberarle" de la cárcel por medio de y con la psiquiatría (en forma de peritaje, y en caso necesario incluso por peritaje superior), es decir: hacerle inofensivo vía un tribunal especial (¡fracasado!). Fracasado del todo, como se sabe. Sí, los abortadores de la especie humana, de lo que es una primera aproximación a ella, reaccionaron de modo reflejo y completamente automático, exactamente como lo hace hoy la clase médica en el traje de la biogenética y su eutanazismo. Se habla aquí entonces del Frente de Pacientes antes del SPK. Se habla de la cercanía a la enfermedad a través de la autoestigmatización y del concepto de la enfermedad como especie humana inversa todavía en la fase previa del comienzo de la historia, todavía muy prehomínidos entre prehomínidos, gente prehomínida o prohomínida, en tanto que no se piense en monos. No, con Marat, médico de formación y revolucionario asesinado alevosamente, no tiene esto nada que ver.
La cercanía a la enfermedad (¡ella está presente!) y únicamente con ello la aproximación a la especie (ella falta, la falta), tan aproximadamente que sea, decide sobre el comienzo de lo que como historia corresponde a su concepto: siempre río arriba, a contracorriente, presas a romper delante, riachuelos filtrándose detrás, brevemente: hacer perder terreno y agua a la clase médica, desecar su política de compromisos y catástrofes desde la encuesta y el plebiscito hasta la urna electoral y funeraria.
La historia del Frente de Pacientes no es solamente la historia del concepto de la enfermedad, sino antes que nada y hasta el cumplimiento del Frente de Pacientes hace medio decenio, la historia de la confrontación, la historia de los pacientes de confrontación con la frente (Stirn), el astro (Ge-Stirn) y el frente contra el ejército blanco prehistórico (clase médica en todo caso) de todas las fracciones y colores, desde verde y rojo al azul-pardo, hasta el partidismo sectarista gris. No es que se ocupen demasiado poco de la enfermedad, esos izquierdistas, no es esto lo que les reprochamos, como algunos ya han pensado; sino que abortan la especie antes de que ésta exista, esos prehomínidos, de todos modos izquierdistas, cuando se declaran y manifiestan, esos prehomínidos de una prehistoria de muchos milenios, es esto lo que no nos cuadra. Y esto y nada más es al mismo tiempo de interés totalmente común tal como todo lo que vive, resiste y se opone o no, quiere el cielo en la Tierra, pero -por favor- como ser de la especie humana, porque a un médico y a un clon médico y también a un animal, que ya tiene su especie, no les serviría esto absolutamente para nada, como además enseñan también todas las religiones.
Cuántos ángeles, es decir, mensajes, informaciones, tienen sitio en la punta de una aguja, eso fue durante mucho tiempo el punto de controversias insolubles. Megabytes en un microchip, claro está, hoy en día. ¿Pero cuánta especie-de-la-enfermedad ser humano (Krankheitsgattung Mensch) tiene sitio sobre la Tierra? ¡Bueno!, para eso hay que recurrir ya al universo y a los astros (All), y también esto enseña la historia del Frente de Pacientes hecha por nosotros, la unidad de todos, todo un universo (All-einheit), la unidad de una variedad mayor posible en la unidad de todos en uno (die Einheit einer groesstmoeglichen Mannigfaltigkeit in aller Alleinheit), la clase neorrevolucionaria contra la clase médica la que impregna dominándolo todo. En el concepto completo de la enfermedad apuntado son innominados cuatro momentos más. Por un lado es el cortocircuito entre enfermedades y especie, por ser imposible sobre la Tierra, el primer resultado de una fantasía absoluta, es decir desligada de todo lo existente. Ésta (re)quiere estar aprendida para ser entendida. Su espacio está más allá de las estrellas, más allá del cielo estrellado; porque si no hay sitio sobre la Tierra, entonces por lo menos allí. Demasiado subterráneo, demasiado radicoso-radical es el cortocircuito entre enfermedades y especie respecto al cuerpo terrestre. Demasiado tiempo tenía ya que esperar a la iatroclastia termomimética. (Re)quiere ser practicada y ejercitada en particular y en cada uno, cuerpo de calor colectivo como estado intermedio, utopatía como producto final, tan inestable como firme en sus efectos (wirkstabil). Así como el sitio supraceleste, tampoco el cuerpo terrestre necesitaba de apuntes extras al concebir el concepto de la enfermedad de cinco momentos. Conceptos son precisamente también un conjunto de conceptos implícitos e inclusivos (Begriffe sind eben auch Inbegriffe), y sin decisión previa en pro de la enfermedad Marat se vuelve muy fácilmente en cieno (Morast). Eso es prehistoria prehomínida y el barón mentiroso Münchhausen su experto correspondiente.
El PF/SPK se ha sacado del cieno sujetándose a su propio cabello. La clase médica, todo lo contrario: hunde a la clase de pacientes más en la ciénaga, y esto tiene repercusiones, de modo que los cuerpos singulares rebosan de venenos farmacológicos de toda clase, además contaminados por radiación, e incluso los guardas del cementerio, los patólogos universitarios de servicio, en ocasiones advierten de la carga elevada de radiación en los cementerios como si se tratara de centrales nucleares y vertederos de basura. Pero lo que es el PF/SPK, allí cada acción, cada acontecimiento, toda manifestación y declaración internas y tanto más públicas estaba y sigue estando en sintonía con el concepto de la enfermedad, tanto respecto a la planificación, como respecto a su ejecución y análisis (Beurteilung). A algún que otro le gustaría de otro modo. O sea, digamos, 500 conceptos de la enfermedad, para cada uno del SPK, persona a persona uno propio. Eso ni siquiera funciona en el deporte y el juego, si no habría en lugar de una pelota de fútbol, al menos 22 pelotas en un partido. Que digan y escriban sus mentiras y hagan sus trampas al estilo de Muenchhausen, los cagones de los medios, donde quiera que quieran. Entre nosotros no hay sitio para tal cosa, si no, ¡que se lo lleve el agente judicial!
¿De dónde sacamos nuestro brío, lo que nos ha dado alas, de dónde nuestra voluntad persistente, inquebrantable? De los cuatro momentos innominados del concepto de la enfermedad, habría sido la contestación correcta, y muchísimas veces la hemos dado. Alguno entre los coprisioneros completamente comunes, por así decirlo, nos han amenazado con una paliza por ello, por no hablar con peores cosas por parte de prisioneros políticos, afuera y dentro, sí, afuera, porque en todo caso es tanto afuera como dentro. Pero tampoco a los cinco momentos denominados del concepto de la enfermedad aún ningún cagón de los medios se ha atrevido a meter mano y a equivocarse. Y sus testigos de la época sólo estuvieron elocuentes respecto a lo que no debían saber, de cagonadas de los medios leídas después, de historietas, anécdotas y de anécdotas anti-, incluso antipsiquiátricas. Lo cotidiano precisamente no es sólo cotidiano, sino catastróficamente banal, y todo cortocircuito que lo destruye, está justificado totalmente de antemano por el concepto de la enfermedad. A algunos de nosotros se le hace solamente carne y sangre, vejados y mutilados con incapacidad laboral desde el tercer decenio de su vida debido a las condiciones de las cuales son responsables los de la clase médica, tal paciente de Frente, casi a diario nos pide por teléfono desde hace una década el concepto de la enfermedad respecto a asuntos cotidianos, como otros de la camarilla cenicienta médica consultan a lo mejor el parte meteorológico. No, no estuvo en el SPK, allí estuvo todavía en pañales según sus palabras. Pero uno, uno entre diez mil es, si no el mejor (Heráclito), entonces en todo caso está mejor. Sí, el aristo de los aristócratas se basa anagramáticamente en el iatros de los iatrócratas, ¿ya lo habéis sabido, vosotros, los mejores de todos, los de más valía, los más nobles, los normalinskis exponenciales de la burguesía-normesía de hoy en día?
Libre de dominación está disponible, el concepto de la enfermedad, desde que ha empezado a hacer historia. El resto es la gran seducción y tentación bajo la dictadura de la clase médica, tan moderna como postmoderna. A todos, como ya en los tiempos del SPK, se le hace carne y sangre por necesidad. En el archivo filosófico de la historia de los conceptos nunca aparecerá nuestro concepto de la enfermedad, así lo esperamos, pero globalmente y en ilustre variedad deslumbrante igualmente historietas, catástrofes ordinarias y cotidianas y banalidades en el pasaporte genético, y los prehomínidos competirán unos con otros en las zonas peatonales, en la ciudad, en el campo y en ultramar por quien tenga el label genético más bonito. Ya han empezado, los cagones de los medios, fulano, mengano y zutano a baratear, debido a dificultades de venta, términos de la enfermedad bajo la etiqueta grupo de autoayuda, no en último lugar como regalo en forma de suscripción gratuita para navidad bajo la estrella de Belén. Así pues no hemos hecho mal en situar el concepto de la enfermedad más allá del cielo estrellado, más allá de la bóveda celeste, de la bóveda craneal y de confrontación, frontalmente del todo; también la estrella de Belén como todas las demás es demasiado bonita para ser también cierta sin concepto de la enfermedad. Como no nos interesan precisiones proféticas para poder decir después lo-sabíamos-ya-de-antemano, ¿verdad?, todo ocurrido como pronosticado; sino el hacer cósmico social-revolucionario de la Historia, ponemos la especie muy por encima de las nubes, en el cielo más alto que todas las constelaciones del zodíaco, sí, zodíaco, y el gran jardín zoológico sí sigue siendo jardín zoológico incluso a pesar de Acuario, Virgo, Géminis y Sagitario, para nosotros demasiada jerga de cazadores, también por desgracia. Pero nada contra los animales, como ya dicho. Debido a la enfermedad nos animamos a ser asaltadores del cielo, en lugar de asaltar la portería en el campo de fútbol, y sea como siempre, delante de la tele. Las alas querubínicas ya atribuídas a nosotros a través de los cuatro momentos innominados del concepto de la enfermedad, innominados por no estar necesitados de animación estos cuatro glifos: especie, enfermedad; enfermedad, especie. En el concepto de la enfermedad apuntado simplemente autoapareamiento, tercer momento, lo mismo dextrógiro que, por supuesto mejor, levógiro, y ¿acaso no tienen 6 alas?, ¿acaso no son seis veces alados, los querubines, doble hélice con la izquierda delante de la derecha?
Sí, estos son planteos, posiciones, posicionamientos (Setzungen) bastante arbitrarios, todos sin sentido, sin entendimiento, sin pies ni cabeza (ohne Sinn und Verstand), así lo esperamos. Pero historia hecha, historia en general ha de tomar en consideración hechos libres de la realidad empírica, altamente destilados, bajo el punto de vista de, por decirlo así, su cortocircuitabilidad, lo mismo da que encajen, lo mismo da a quien venga bien o no. Los destilados de más alto grado especie, por su parte ya un concepto, y concepto de la enfermedad, tienen su prueba de ser efectivos únicamente en si son realizables o no. Pues entre el inicio del Frente de Pacientes y su cumplimiento a través de la continuación del SPK en el contexto PF/SPK(H), MFE desde hace ya medio decenio y eso públicamente del todo, hay 3 decenios de consolidación continua y estable respecto a la realidad contra todas las condiciones y circunstancias reales existentes. Quien esté buscando una expresión para un acercamiento metódico de la conceptualidad de la enfermedad como especie al comienzo real de la historia, ahora 35 años atrás, como dicho, puede llamar a esta parte metódica con razón realización del constructo basada en la deducción de universales (universaliendeduktionistische Konstruktrealisierung). Forma parte de la diapática, igual que nuestra dialéctica material basada en el análisis de la mercancía (warenanalytische Materialdialektik) forma parte de la patopráctica. Hobbies estudiantiles como conflicto universitario, neoliberalismo, guerrilla de comunicación, estructuralismos del poder, terapia política, triplesexo, gender, y lo que sea, ni siquiera tuvimos que arrojarlos como lastre, porque la historia real efectiva, hecha por nosotros, ha pasado por encima de todas estas historietas, desde hace mucho y sin incisión.
Historias de sucesos, nombres, números
Hay más y más fuertes máquinas y monstruos mecánicos en la tierra que gente, mejor dicho prehomínidos. En general uno puede olvidar a la gente, es una pieza más de la maquinaria. Decisiva para la victoria o la derrota en guerras abiertas es la masa de los monstruos mecánicos de mercancías. Y la clase médica como el ejército mejor organizado del mundo está controlando y mandando los dinosaurios y pterosaurios mecánicos de hoy día con mano tan segura como a su mercancía-paciente: autoapareamiento reproductivo (reproduktive Selbstbegattung) de un género de máquinas según la mecánica de mercancías (warenmechanisches Maschinengeschlecht), decisivo es exclusivamente el volumen de masa, normalizado médicamente hasta la última ranura, tapadas todas las ranuras. Con conceptos de la historia no puede uno abordar esas historias de sucesos. Por eso hacer historia, haberla hecho; puesto que la carga es ligera, porque el calor es fuerza de gravedad inversa, así como la enfermedad es especie inversa. Historia y revolución no existen de otra manera, pero no cada levantamiento es levitación, no cada revolución es progreso o retroceso histórico ("materialismo histórico"), tan poco como "autorrecogimiento del espíritu del mundo" ("Selbsteinkehr des Weltgeistes") al final del todo después de una serie de progresos y recaídas en la barbarie. Estos conceptos de la historia comprenden muy bien sucesos, y por supuesto mejora el marcaje con carbono radiactivo y más cosas por el estilo la posibilidad de datación de cualquier documento y huesos antiguos. ¿Pero no son mucho más reveladores los reptiles de metal y plástico de millones de toneladas de peso, cuando estos como tanques de combate en cantidad desconocida no arrollaron al SPK únicamente por el hecho de que a la parte norbadense del conjunto de la clase médica fue hecho patente historia por su mercancía-paciente habitual, historia hecha por los pacientes mismos, una historia que no encaja en ninguna mira ultraprismática o telescópica o infrarroja? Entonces estaba realizándose enfermedad inversa, sin autoconciencia, enfermedad encasillada en cientos de etiquetas diferentes y diagnosticada de antemano, pero contrarrestándolos y liquidándolos a través de auto-estigmatización según el concepto de la enfermedad, y ningún concepto de la historia –sea el de un Marx, de un Hegel o incluso de un A. Domínguez Ortiz-, si un Paciente de Frente lo hubiera traicionado a la clase médica, habría alcanzado a los pterosaurios blindados acuartelados y por regla narcotizados, ni los habría despertado del sueño profundo, ni los habría puesto en movimiento. Por lo demás, nadie puede traicionar (verraten) el concepto de la enfermedad e incluso quien lo adivine (erraten), no puede prescindir (entraten) de él. Tiene que ser un campo de tensión muy fuerte en virtud de la enfermedad y lo dejamos con mucho gusto en una anticipación de la especie, como en el ejemplo antes citado. Quiere decir que el cortocircuito entre la enfermedad y la especie lo dejamos a cargo de la fantasía absoluta, en lugar de a los ángeles y a los gorriones, en lugar de a los megabytes y a los microchips. Las consecuencias serían historias de sucesos devastadores, es decir: todo menos historia. En su núcleo la Tierra es un cuerpo de calor. Quien necesite un concepto para el método correspondiente, le proponemos la expresión termomimética. PF/SPK(H) MFE lo patopractica, no sólo desde hace medio decenio en el estado de la utopatía: alcanzado el objetivo revolucionario, un final de la historia hecha por nosotros no está a la vista, ya sólo por los muchos reptiles gigantescos y pterosaurios blindados. Y la clase médica y sus clones nunca se tornan especie humana. Ni en la vida ni tampoco en la muerte, sin embargo dicen que, no hace mucho, un condenado a muerte, etiquetado por la psiquiatría, había preguntado seriamente, si quizá y por favor se le pudiera mantener caliente el postre de su abundante última comida hasta después de su ejecución. Nuestra culpa no es tal cosa con nuestro cuerpo de calor en utopatía. Y tampoco podemos reconocer en ello una anticipación de la especie, ni según la probabilidad simple requerida por el legislador según la norma médica y ni mucho menos según una probabilidad rayana en la certeza. Así y todo, y lo pasado, pasado.
Como ruido de fondo ahistórico nos llegaron también informaciones según las cuales una lápida de la antigüedad grecolatina documenta la victoria sobre la clase médica, reconocible por la palabra iatronike* en la Via Apia junto a Roma.
* ¡AKS EMF ESPA!
Nosotros, por nuestra parte, preferimos decididamente la especie común a todos inversa a la enfermedad hecha por nosotros mismos, a la especie universal abstracta muerte; no obstante tan abstracta no lo es, la especie muerte, porque existe en toda concreción como clase médica dominante impidiendo una y otra vez la especie humana a través de la libre autoselección y libre selección reproductiva, hoy más que nunca codo a codo con el parque de reptiles metálicos y plásticos que superpueblan la Tierra para la explotación económica, codo a codo no sólo con el genocidio, sino con el asesinato adelantado de la especie humana. A las historias de sucesos, que ni son historia ni han hecho nunca historia, pertenece también un documento prebíblico que documenta un levantamiento evidentemente muy violento contra los médicos-sacerdotes. ¡Bueno!, estos son los primeros que se largan cuando acecha la enfermedad y así dan lugar a fiestas de regocijo, dice un profesor parisiense de psicología de infausto recuerdo. Y del poder justamente del péndulo de Foucault su cabeza hueca calva no ha sido, parece, ni de lejos rozada, ni siquiera ligeramente, ni durante su vida de autor. Historia verdadera no es exactamente tráfico pendular ni tampoco retales trillados de documentos polvorosos de museo y carbono radiactivo. A la especie de las palomas, pero también a todas las palomas de la paz, reventada en la cuneta bajo los espasmos de los neurotóxicos o cazadas centenares de ellas y decapitadas a destajo en cualquier sótano por empleados municipales menesterosos de unas perras extras, a la especie de las palomas le desea de todo corazón que se olviden del poder y de sus rapaces y que incorporen como imagen de enemigo a los también bípedos amigos de los hombres y animales según la marca y norma del ejército blanco de pura cepa. Ya desde los primeros comienzos nosotros estamos metidos en todo esto, publicado como Poder, Iatraquía/Enfermedad Violencia. La Humanización de la naturaleza y la naturalización del hombre pertenece a las más afables historias de sucesos que conocemos, documentados en los tomos azules, entonces ¡pasemos página!*
La filosofía es heredera de la Internacional eutanazista. Los herederos riéndose: el movimiento eugenetista, WFMH (Federación Mundial de la Salud Mental), Mengele, Vallejo Nájera y un nunca acabar. Sin embargo puede ser que todavía haya también directores de filosofía, y cada cagón de los medios de un suplemento cultural, copiador, plagiador y chupatintas, puede esperar que se le otorgue el título de Filósofo. Con respecto al tema enfermedad y especie eso no tiene importancia alguna y ni siquiera es un disgusto molesto. Después de Números y supernumerarios (1978), también ya después de Sorprender y desprender (1973/75) [SPK-Documentación III, IV], cosas por el estilo fueron despachadas a fondo hace tiempo a escala justa, también y justamente a nivel filosófico. La realización ha dejado huellas. De lo que se trata es de ¡utilizarlas!*
Para el inicio y la prosecución de nuestra historia con la especie era todo sistema lingüístico, todo sistema numérico, que digamos, veneno para palomas. ¿Alguien ha oído o visto alguna vez que rapaces, facilitándoles palomas o echándoles éstas como cebo, hayan reventado de paz, ¡perdón!, se hayan tornado pacíficas? Sistemas numéricos y lingüísticos son veneno tanto más ahí donde –en forma distinta a las palomas de paz, sí, ¿a cuáles nos referimos en realidad?--, sí, ya lo sabemos nosotros, esperemos que ustedes también, queridos lectores,- donde ni siquiera ha existido un pensamiento más o menos madurado en la ausencia de una especie. Solamente en conexión con la especie podíamos, además de hacer la historia, también apuntarla, esbozarla. Esto ha servido a muchos, nadie, según sepamos, se ha convertido en drogadicto por ello, pero tampoco se ha quedado impresionado agradablemente, ni mucho menos, aparte de algunas dificultades iniciales, ha quedado tocado por la compasión. Aún menos por el sainete Marat de Peter Weiss, y para la parte determinante de la prensa local de Heidelberg la transformación del protofrente de pacientes en el Colectivo Socialista de Pacientes del mismo modo real fue pronto el puro horror y sus maneras de compasión se acabaron. La liquidación necesaria para la especie de todos los sistemas lingüísticos y numéricos pone en lugar de la palabra la fantasía absoluta, lingüísticamente libre y deduccionista de universales (sprachenthoben universaliendeduktionistisch), y en lugar del número la termomimética, como dialéctica material del análisis de la mercancía, haciendo saltar todas las formas, no confundirla por ejemplo con el grito primordial (primal scream; Urschrei) de otros, en aquel entonces tan de moda como el famoso último grito (dernier cri) o hoy todo lo que vende, lo principal es vender, tan ajustado a los cagones de los medios o no ajustado que sea. Quien como nativo habla en cualquier lengua nativa con otro nativo de la misma lengua sobre lo Nuestro, a menudo se le toma ya después de un cuarto de hora tenazmente por un forastero y extranjero, sí, hoy día igualmente que ya en aquel entonces en Heidelberg, Frankfurt o donde sea; pero la capacidad de imponerse en virtud de la fuerza de la enfermedad les está asegurada, a esos native speakers de nosotros. Les hemos sacado el diente venenoso para la especie a esos sistemas lingüísticos y numéricos, y también esto forma parte de la historia hecha por nosotros. Nombres y números no existen entre nosotros si es evitable, sea como sea. Son historia de sucesos sin historia, exactamente por eso. Especialmente en el contexto del SPK emanan de las cagonadas de los medios una y otra vez nombres y números leídos y oídos reiteradas veces, la prueba segura de que no tiene nada que ver con el SPK, cuanto menos con el Frente de Pacientes. Nuestra planificación está fundada patástricamente y nuestras acciones están aseguradas astropáticamente, lo que significa que quedan, aunque inconfundibles, no esclarecidas. Crítica, Estado y burguesía-normesía médica, todas estas historias de sucesos ya de antemano nos importan un bledo y que les den por culo. Hace tiempo que no tendríamos necesidad de ocultar ni nombre ni número; porque, distinto a cualquier contexto así llamado conspirativo, nuestros ataques se adelantaban siempre mucho a la persecución, ¡nosotros! los perseguidores y persecutor en lugar de perseguidos, y el umbral contra intrusiones y abusos, subido continuamente por nosotros, lo hemos subido todavía más donde nos parecía necesario, o, de hecho, lo hemos renovado al menos con efectos duraderos. Y antes de encarcelarnos (1971-76), el gobierno, el gobierno lacayo de los médicos (Piazolo y consortes) se había encerrado y escondido día y noche en los búnkeres de sus residencias oficiales. Hasta 1990 no lo habíamos sabido ni tampoco sospechado. Milagros no son tan asustadizos haciéndolos de fácil cuidado (pflegeleicht).
Épocas distinguibles
y construcciones realizadas
La inversión de la enfermedad hacia la especie, sin guardar relación alguna con biologismos y filosofismos, tiene lugar o no. Por eso por principio no pueden existir fases distinguibles. Constructos son aquellos por los cuales se producen realizaciones. Lo que no se realiza, no fue por consiguiente un constructo apropiado. Quien quiera entonces saber por qué Wuerttemberg estuvo situado una vez en Baden, Friburgo en Austria o por qué Gibraltar está todavía hoy en Inglaterra, tiene que hojear en la así llamada historia, en la así llamada; porque con nosotros se equivoca de dirección. Nada en contra de la curiosidad, también gatos y perros la conocen, sin duda alguna, y eso para los fines de su especie. Pero donde no hay especie alguna, allí de momento y aún por largo tiempo toda otra curiosidad, sea tan encubierta éticamente o enmascarada científicamente, es veneno para la especie, aun cuando rebosa de ética.
El Frente de pacientes bajo el concepto de la enfermedad, enfermedad como especie inversa, especie la suma de todas las enfermedades singulares o aproximación revolucionaria a la especie; porque la especie se impone de una manera y de otra y no conoce fases distinguibles y ningunos constructos y planes contables, ni infinitamente contables ni finitamente contables más allá de lo cotidianamente necesario para la especie (Gattungsnot-wendige), para dar la vuelta a la carencia de la especie. Todo por el contrario se trata y se trataba siempre de la unidad de la diversidad creciendo multifocalmente, apenas imaginable de modo más diferente, por ser diferente según la enfermedad singular; se trataba y se trata siempre y antes de todo de la identidad patopráctica (estable con respecto a la separación por distancias y distanciamientos espaciales), la identidad diapática [estable contra influencias (Einfluesse und Beeinflussungen) temporales exteriores] y la identidad utopática (estable con respecto a sus efectos completos, definitivos y persistentes). Estamos seguros de que la especie inversa-a-la-enfermedad no conoció el número 1965 ni el lugar Heidelberg cuando veía hundirse a la clase médica en la ciénaga y el fango, y cuando, en el camino a más cercanía a la especie, la dialéctica del salto material del análisis de la mercancía (warenanalytische Materialsprungdialektik) veía en el impulso y el empuje (Aufschwung) de la clase de pacientes todas las formas terapéuticas, pero todas sustituidas por revolución, rimándose revolución exclusivamente con inversión de la enfermedad (Krankheitsinversion) e inversión termomimética de la carga (thermomimetische Lastinversion) con levitación. Peter Brueckner, psicólogo social, tenía para ello, por falta de un mejor término izquierdista, como dijo, la expresión traición a la clase y sin embargo nos gustó, porque para la especie (um Gattungs willen) no puede haber nada mejor que la traición a la clase médica. Hace tiempo que el Frente de pacientes está cumplido y completado en la refundición termomimética también al SPK. ¿Y contra quién va dirigida hoy la misma "traición"? Contra exactamente la misma clase médica que como técnica genética hace tiempo ha eliminado, con toda la alienación hacia la especie y no existe otra, la certeza de la enfermedad, hasta ahora el último bastión de todas las certezas prehomínidas, y la ha eliminado, con un gran despliegue de mercadotecnia eticastra, en la esperanza de la eliminación de los males hereditarios dolor, aburrimiento, suplicio, muerte. Fue la especie inversa-a-la-enfermedad la que, a la altura del SPK, ha llamado a las enfermedades así llamadas hereditarias por su nombre únicamente acertado: capitalismo, y la solución únicamente acertada: revolución en virtud de la enfermedad, la más fundamental; porque a todas las demás, la palabra revolución está, estaba y sigue estando malgastada, por no hablar de reformas, de políticas contra los "defectos", descubrimiento e invento "revolucionarios" y cosas por el estilo. Y allí están otra vez los mismos mumificadores del lucro, los mismos explotadores y vejadores de los prehomínidos y, todavía en nuestra buena memoria infausta, los santurrones-eticastros. Cada vez de nuevo había que hacer la misma traición al silencio sepulcral prescrito por la clase médica, por ejemplo a través de la proclamación del Frente de pacientes cuando los del Ejército Blanco y Rojo como médicos penitenciarios - los del Ejército Rojo su mercancía-pacientes más apegada, más fiel y más confiada -, a la manera de una conspiración médico-clasista, pensaron hacer las paces, una paz sepulcral, con el autodisuelto SPK, no apreciando nadie una paz con gato encerrado tanto más para los demás que en sí y para sí mismo. De modo análogo los procesos separadores con respecto a la redacción de la enfermedad (krankheitsredaktionelle Trennvorgaenge) primero en ultramar, luego aquí in situ, o ¿fue al revés? Tenemos que escribir, de hecho, muy ejemplarmente historia, así que todos los ejemplos esbozados son libres de diferencias respecto al orden. Lo decisivo es exclusivamente la refundición cada vez conseguida en el contexto de la especie inversa-a-la-enfermedad SPK/PF(H), EMF. En todo trasluce la especie, al faltar ésta trasluce el ocaso todo menos que apocalíptico, porque, como ya dicho, justamente al faltar la especie, ésta se impone. Pero exclusivamente como enfermedad en una realidad hecha libre de médicos la especie consigue hacer historia y ser de duración, una realidad que como Frente de Pacientes es historia y realidad diarias.
Varias piezas concluyentes y finales pertenecen al legado del Frente de Pacientes, y su estabilidad con respecto a sus efectos, es decir su identidad utopática, no da lugar a dudas hasta el cambio de milenio y más allá de él. Porque es un hecho del Frente de Pacientes y, aparte de esto, una realidad de notoriedad judicial que a algunos enemigos del SPK se les ha pasado de repente la risa sobre un SPK tomado hace tiempo por terminado para el libre autoservicio cuando veían, confrontados en escritos oficiales con expresiones del concepto de la enfermedad, que sus clichés trillados se quedaron en absolutamente nada y se avecinaban cargas de pruebas. Ya a un Hans Bachus no le ha servido de nada querer hacer, después del SPK, de buen samaritano preocupado por la enfermedad de otros. El querer disimular la propia nulidad en materia del concepto de la enfermedad, no sirve en ningún caso, ni siquiera entre semejantes, ni en aquel entonces ni hoy ni en el porvenir. El Frente de Pacientes, pieza concluyente y final de su cumplimiento, ha introducido por consiguiente al SPK del concepto de la enfermedad, incluso judicialmente notorio, y eso triunfalmente, por segunda vez en la realidad, porque sin el concepto de la enfermedad no habría existido un SPK, ni un primero ni de ninguna manera, y en eso no hay lugar a interpretaciones ni a diferenciaciones, sean tan sutiles y a posteriori que sean. La pieza concluyente y final del cumplimiento, que continúa obrando en el Frente de Pacientes es tanto en el conjunto colectivo (cuerpo de calor) como en cada cuerpo singular la transparencia, el trasparentar del concepto de la enfermedad, anticipación de la especie también esto, en cada postura y actitud, en cada movimiento corporal. No tenemos ninguna pierna rota que introducir en la realidad, sino la especie. Y no tenemos que introducir en la realidad ningún SIDA y ningún síndrome de restaurante chino, sino hacer saltar de antemano todas las formas-mercancía correspondientes y formas-valor correspondientes para que las enfermedades singulares se conviertan en especie humana, en vez de ganancias extras de la clase iacker, de la marca especie sustitutiva dinero. La moneda (Waehrung) de la especie es el sí incondicional y sin reserva a la enfermedad, al mismo tiempo el sí en virtud de la enfermedad. Esta moneda (Waehrung), en verdad [FUER WAHR (¡!)]: PRO ENFERMEDAD (¡!), continúa cerrada para siempre para todo lo médico. No se puede excluir del todo que los clonados se junten alguna vez y reciten a su creador general (Gesamtschoepfer) el juramento hipocrático, resultando éste de rebeliones antiguas de pacientes, como dicen, y seguramente los clones siguen por consiguiente incomprendidos y así sin especie y sin historia. La especie enfermedad está realizada como Frente de Pacientes y ha encontrado su camino incluso a la realidad existente la cual con la unidad monetaria clon ha superado el punto culminante de toda falsificación de monedas. Había llegado al vencimiento la clase médica, a más tardar desde el inicio del Frente de Pacientes. Enfermedad es la única moneda estable (Festwaehrung) en general y todavía más en todos los EMFs y colectivos. Las especies sustitutivas son museo, empiezan en la zona peatonal. Quien está satisfecho con eso, no nos falta, pero un clon es por cierto, ¡y con toda la certeza de la enfermedad!, lo último que podría faltar.
Resultados
Ninguna letra aquí es algo dado, como por ejemplo en una tarea escolar, tampoco la negación doble y superadora de algo dado, fáctico, reconocible por el prefijo RE-sultados, menos aún la capitulación en la resignación al destino. Esto podría llamar la atención a todos los que leen esto. En el resultado la enfermedad y la especie estaban dadas ya siempre. Un problema verdadero, en suma el único. Para un QUÉ faltaba el CÓMO. Quien tiene afán de astucias, encuentra en otra parte portadores de esperanza que reconocen francamente que durante decenios no han mejorado nada, ni mucho menos cambiado, pero por lo menos, dicen, han sembrado esperanzas en tal cosa. Por otro lado, el Frente de Pacientes reconoce con la misma franqueza que en eso no puede seguirles; porque ya no podría anular ni deshacer, incluso empleando todos sus esfuerzos para solidarizarse calurosamente, sus cambios y transformaciones revolucionarios, y sea solamente para igualar al menos en apariencia las astucias de los antes mencionados. La cercanía a la enfermedad, el único medio de producción de la especie, está más cerca que la del obrero, que la del nativo e indígena a lo que sea y en virtud de, en nombre de y por encargo de lo que sea. Dondequiera que andemos y estemos, volemos y conduzcamos, e incluso en cada espejo tan ciego que sea, al ponernos delante de él, nos encontramos con nativos, y las máquinas prefieren quedarse entre sí y trabajan como veneno de la especie sin ir detrás de algún obrero y aún menos detrás de los muchos parados, a no ser para hacer de nativos (Eingeborenen) engendros (Ausgeburten), sumisos y al servicio de la todopoderosa clase médica dirigente. La cercanía a la enfermedad permutable en la especie, la creación de unidades bajo el punto de indiferencia del concepto de la enfermedad, produce de un salto un cambio cualitativo y quita a los participantes alguna que otra carga, no mejora esperanzas sino libera fuerza de la enfermedad, colectivamente, de golpe, aquí y ahora. A nuestros resultados preceden nuestras invenciones. Para cada resultado una invención específica y adecuada a la finalidad. No, nuestros resultados no son invención alguna, pero más bien nuestras invenciones son por su parte resultados. Nuestras invenciones siempre tienen un componente material. A todas las llamamos iatrocidios, algunas veces también agua herida. El otro, el componente perteneciente a cargar termomiméticamente puede llamarse por ejemplo también una vez deducción analítica-abstractiva (abstraktionsanalytische Deduktion) o, en otro caso, simplemente iatro-ostracismo. En eso nos mantenemos bastante ágiles, por no decir flexibles. En cambio es luego el resultado real tanto más drástico y activamente hiriente en el campo de gravitación prehomínido-iatrárquico cuando hace impacto, el resultado, cada vez con bastante puntualidad, cuando el aspecto de la luna averiguado astropáticamente confirma la madurez de su realización. La clase médica nos conoce y nos observa. ¿Quién si no? Es ella la que ha experimentado dolorosamente muchos de nuestros resultados, incluso crónicamente doloroso, por primera vez por el Frente de Pacientes, y con bastante frecuencia en progresión diaria. Su así llamado espectro izquierdista, y no existe otro, nos considera demasiado radicales, sea lo que entiendan por ello, y a los médicos, por supuesto, los consideran imprescindibles, claro, ¡qué si no! Sin embargo, como resultado, y eso en todos los 5 continentes, a menudo ya es suficiente que un paciente vejado y maltratado anuncie a su buen papá doctor que se dirige a nosotros, al Frente de Pacientes, al SPK y especialmente a Enfermedad en el derecho (KRANKHEIT IM RECHT) para que reciba lo que necesita y a lo que tiene derecho. Alguien así, en general, a la especie no la tiene en su cabeza, y el buen papá doctor, formando parte del veneno para la especie en el parque mercantil prehomínido, lo tiene en todo caso fácil. Resultado: andan con cuidado y eso viene muy bien. Solo el hecho de que existimos, a menudo es entonces suficiente. Un resultado milagroso, ¿verdad? A todos los que niegan radicalmente la enfermedad, no tuvimos que negarles el vasallaje de la índole que fuera. Existíamos mucho
antes que ellos. Sus resultados son miserables; porque sin enfermedad no se puede conseguir nada, en ninguna parte del mundo, ¡por el amor de la especie!Al constructo cercano a la realidad, a la invención de lo que como resultado es la fuerza de la enfermedad inagotable que se muestra en sus efectos (identidad utopática), pertenecen los 4 pilares fundamentales, llamados así por nosotros. Son como economía (¡libre de deudas!), sociedad (¡autorregulación endógama!). ideología (¡isotopía termomimética!) y mantenimiento del cuerpo (¡concepto de la enfermedad!) garantes imprescindibles de la independencia en virtud de la enfermedad; porque el hablar de confiar solamente en las propias fuerzas es, si esa fuerza no es superabundancia de fuerza de la enfermedad, una superabundancia de veneno para la especie, porque ya existen otros venenos más que suficientes, ¡y qué si no! Los pilares fundamentales son difíciles de hacer, especialmente el primero, pero en cambio tanto más fáciles en el resultado colectivo. "Creación-en-sobrecreación" ("Zeugung-in-Ueberzeugung"), así se llamó la fórmula anticipada del Frente de Pacientes, apuntada también en la SPK-Documentación III en el concepto de la enfermedad. ¿Hostil a la familia? ¡Por cierto, tan cierto como la enfermedad! Aplicación actual: En lugar del clon / revolución en cada generación. Quien busca hoy una palabra para subcrear, puede tomar facultativamente clonar o genetizar, pero en general, y lo que de momento es todavía el caso más extendido: so-med(t)-er (veraerzteln), si existiera esa palabra. Conforme al asunto no existe nada excepto subcreación (Unterzeugung); porque lo que se llama generalmente convicción-sobrecreación es del mismo origen que la diada médico-paciente; pero en todo caso en el clónistan-banálistan de hoy se trata más bien del subcrear (léase: engatusar) contra lo cual oponemos patopráctica.
Muy afuera algunos parecen pensar que existe solamente lo público de los medios de comunicación, lo público de la discusión y otros públicos semejantes. Nosotros, por nuestra parte, hemos conocido ya pronto lo público de los tribunales, no hemos aprendido nada de ello, pero hemos redescubierto y utilizado lo público para nuestros propósitos. Eso le ha caído bien incluso al viejo SPK y todavía más al Frente de Pacientes y a su esclarecimiento de la verdad, pero en sus consecuencias resulta, principalmente, desagradable para la clase médica y sus cagones de los medios. De docenas de demandas colectivas a favor de pacientes y en contra de médicos y de jueces todavía no se ha dicho la última palabra desde el cumplimiento del Frente de Pacientes. Porque de todos modos, la última de todas las palabras la tiene la especie revolucionaria-en-virtud-de-la-enfermedad. Pero ya los penúltimos resultados hablan en su favor desde que el Frente de Pacientes ha rechazado por vía judicial y muchas instancias todos los ataques de la clase médica de por ejemplo los manicomios Wiesloch y Moringen (Baja Sajonia) y solo de tal manera ha hecho más soportable la vida, es decir las condiciones, para todos los pacientes allí. Este resultado está en vigor para cada clínica e incluso para burocracias municipales, muchas veces dominadas por médicos jóvenes y sus secuaces en los Servicios de Salud. Con estos tuvimos que ver ya muchas veces en los viejos y nuevos Laender (estados federados) y no en último lugar también en Viena y Roma, de manera muy considerable y perceptible para el público judicial, casi desapercibido para cualquier otro público, y los afectados, no pocas veces pacientes estigmatizados ajenamente, se alegran doblemente de los resultados. La clase dominante no ama nada tanto como la luz de lo público mediático, pero tiene tanto miedo a la luz de lo público judicial como el diablo proverbial al agua bendita, y al resultado está añadido siempre un buen chorro de agua herida. También eso un agravante más para la clase médica dominante. El resultado principal del Frente de Pacientes es por tanto la inversión revolucionaria de la enfermedad hacia la realización de la especie. Una tabla cronológica como la siguiente puede decir poco de eso. Se han vuelto las tornas, la anticipación de la especie es el punto de salida de la historia, el dorso es el reverso, la escoba férrea está en la basura, porque ya se ha barrido. Las rúbricas particulares de la tabla cronológica están sacadas en su mayoría de la literatura del FP ya publicada, y la Editorial KRRIM, en caso de que haya preguntas o propuestas adicionales, ha vuelto a KRANKHEIT IM RECHT (Enfermedad en el Derecho).
Discusión pública, ¿qué es esto? Discusión es originalmente una palabra latina que se deriva de sacudir, es decir quatere, y discutere significa: decidir, romper, dispersar. Añádase a discusión: Existe también otra raíz lingűística según la cual discutir significa: echar a alguien un disco al cuello. Existe mientras tanto también el arma enfermedad. Pero ésta está más allá de las palabras. Entre nosotros siempre, compárese agitación personal, agitación grupal desde los tiempos del SPK. Nuestro concepto de clase del SPK "proletariado bajo la determinación enfermedad" (aún más: esclavos asalariados, véase el segundo momento del concepto de la enfermedad) lo mantenemos por supuesto en contra de todos los reparos entretanto enmudecidos de círculos universitarios de miras estrechas con o sin gafas. El dinero exigido en huelgas para subir los salarios es un sustituto de la especie, no es la especie humana, sino es todo por el contrario una especie sustitutiva, por consiguiente veneno para la especie. La clase de pacientes es todavía algo demasiado nuevo para ser real, en breves palabras: Frente de Pacientes y clase de pacientes no es lo mismo.
Qué es lo que nos enseña esto
¿Hemos ponderado realmente demasiado poco nuestra afluencia incluso nuestro rejuvenecimiento, por así decirlo, de todos los continentes? La cercanía a la especie inversa-a-la-enfermedad, esta inversión únicamente revolucionaria y realización contactante dando la vuelta a la realidad, es literalmente un obrar omnipresente y tiene demasiado peso para ser de alguna manera ponderable.
Unirse y reírse con critiqueo y balidos, pero continuamente y sin parar, sobre las cuentas para la investigación y las cuentas particulares pronto menguadas, el primer y más importante y verdadero descubrimiento que la clase médica investigadora tendría aún que hacer, con respecto a todo esto deberían unirse y reírse todos aquellos que como representantes internacionales de los medios de comunicación nos hacen saber que nosotros tenemos completamente razón y que somos infinitamente necesarios e importantes, pero aquellos dicen que ellos, formando parte integrante del abobamiento general por parte de los medios de comunicación, simplemente no pueden hacer nada, así dicen. Pero exactamente eso deberían hacer, todos aquellos abortadores de la especie prehomínidos y prohomínidos, aquellos abortadores contra su voluntad y contra su propia convicción, deberían simplemente no hacer nada, el acento cae en nada, pero hacer esto al menos a voz en grito, sin parar, con critiqueo y balidos; porque el no hacer realmente nada significa: hacer saltar al instante cada trozo de la realidad dominante donde quiera que la encuentren, sin permiso, con tal objeto ya hacen falta algunas cosas más, y esto sería entonces ya casi Frente de Pacientes. Enfermarse de risa, eso pueden hacer miles de millones de criticones y de cabras, de todo lo que trata como clase médica de sanearse actualmente en forma de clónistan lo que empezaba como eutanazi. La buena acogida que nos llega de todas partes, ¿cómo deberíamos ponderarla? Dicen que en los EE.UU. la eutanazia racista y todavía más la eutanasia diferencial* más moderna y todavía más cruel son excluidas e imposibles, eso asegura cada genetista, dicen. ¿Por qué no? Enfermarse de risa sobre partes no tan irrelevantes de la clase médica fue el inicio de la historia del Frente de Pacientes. Cuentas vacías de los médicos en el cántico unísono mundial "No puedes hacer nada", a escala mundial y continuamente, pero unísono, eso –como ya dicho- sería ya algo y hasta para la fuerza de la enfermedad del Frente de Pacientes todo menos contraproducente y perjudicial, y como ya una vez, en el contexto de los tanques contra pacientes, se nos ha certificado que la risa del FP puede matar.
Esta expresión, por primera vez empleada por el SPK 1969/70 contra la clase médica en octavillas, encuentros y agitaciones públicos, suele provocar fuertes reacciones contrarias, con toda seguridad impunes, queridos lectores que ojalá se lo hagan suyo; no obstante: ni mucho menos sólo reacciones de disgusto y enojo, como últimamente por lo demás en Viena.*
Totalmente diferente, en cambio, los celestialmente muchísimos excluidos, excluidos por la clase médica, pero parte vital de todo el Frente de Pacientes, extranjeros como nosotros aquí, los celestialmente muchísimos de Mannheim, los gitanos y los kurdos con su parentela, los heidelberguenses, los persas, oriente próximo y lejano, italianos. Todos ellos nos frecuentan todos los días, teniendo a su lado a menudo su representante-defensor de la enfermedad, preparaciones para procesos judiciales, llamadas también de noche, Bélgica, países del este, ultramar. Y nadie sale por nuestra puerta sin haberse enterado de los contenidos de la historia aquí apuntados y sin haberlos discutido, sin importar las barreras idiomáticas, sea la ideología que fuese. Acuden a nosotros por iniciativa propia, sí, los medios de comunicación somos nosotros y son ellos mismos. Nunca hemos puesto un anuncio, no hemos hecho publicidad, solamente en muy pocos casos excepcionales hemos permitido artículos en la prensa, censurados palabra por palabra por nosotros según los criterios del concepto de la enfermedad, en lugar de abobar y entontecer a la gente, al pueblo en total. Nuestra confianza sin límites en la fuerza universal enfermedad, una confianza conforme a la certeza de nuestra experiencia y de la enfermedad misma, ha tornado muy a menudo posibles y verdaderos errores y desaciertos en algo constructivo: Solamente cosas enteras se rompen de manera constructiva. Pero no obstante: entre todas las ponderaciones únicamente la materia enfermedad siempre tiene prioridad, una materia de megatoneladas de peso, pero como concepto de la enfermedad es imponderable, como todo concepto, fuerza explosiva para todas las balanzas mecánicas, para todas las formas mercancía y formas valor, pero el único acercamiento revolucionario a la especie exactamente por ello, luego tan real y sobrentendido como la primera balanza mecánica en los tiempos prehelénicos con la balanza metafórica, derivada de ella, de la señora Justitia deducida de allí. ¡ENFERMEDAD EN EL DERECHO!
Ninguna organización, pero para todo y contra todo lo que se necesite hay algo que está al alcance de la mano, siempre y en el acto. ¿Cómo va eso? No, realmente no tenemos ningún Arca de la Alianza como los antiguos hebreos a nuestra disposición, en ninguna parte. Pero quizás ésta consistiera de enfermedad comprendida o no comprendida; pues también esto nos enseña la historia del Frente de Pacientes. Y examinad al respecto, en cambio, los sucesos acaecidos de los ocultistas (Geheimwissenschaftler). Después de decenios a estos, casi por casualidad, les llamó la atención que les faltara una organización porque ya no sabía nadie, como dicen, adónde pertenecía, mirándolo bien. En cambio en el SPK todo estaba al alcance de la mano dentro de los primeros 14 días, sin organización; círculos de trabajo, asambleas plenarias, agitaciones personales, agitaciones grupales, todo sin organización, sin organizadores. Lo mismo otra vez hoy, de manera totalmente diferente, totalmente lo mismo, al alcance de la mano, disponible y palpable, aplicable y utilizable, apropiado y pertinente. Llena de la materia enfermedad está la historia del Frente de Pacientes, levantando el espíritu o no. (Krankheitsbestofft ist die PF-Geschichte begeisternd oder nicht.) Exactamente por eso ese quién, quién no, véase el comienzo de lo aquí apuntado, incluido la crónica y los cronistas; porque la enfermedad nunca jamás es una enfermedad de los tiempos, sino la anticipación de la especie o, todo lo contrario, forraje para los médicos.
Para recordar: "Nihilista, anarquista (¡tiene prohibido ir a misa!)", había escrito en el año 1973 la poli de la trena bajo su director médico Dr. Henk a la puerta de la celda 109. Disipadas todas las dudas.
Memoria colectiva exteriorizada
¡EnfermedadES uníos!
Traducción:
PF/SPK EMF Espa
Redacción final: Huber
KRANKHEIT IM RECHT
Frente de Pacientes /Colectivo de Pacientes, SPK/PF(H), 20.07.2017