Frente de pacientes para la patopráctica,
contra el patocentrismo espiritualista

(Entrevista con Italo-Freudianos, 1978)

Tomado de: Krankheit, die Ganzheit mit Zukunft (Enfermedad, la totalidad con futuro)

 

En lugar de una nota editorial preliminar

Debido a la falta de tiempo y oportunidad, no pudimos hacernos nosotros mismos las preguntas de la siguiente entrevista.

SPIRALI se ha visto obligado a informar nuevamente acerca de la patopráctica sobre el fondo de una constelación actual de eventos. El frente de pacientes ha elegido la forma del diálogo para poder corresponder en la mayor medida posible a los requisitos estilísticos que necesariamente implica la presentación de un método insólito e inusual para una revista. Los lectores se recordarán que, según noticias de la prensa, el Sr. G.S., ciudadano de Alemania Occidental, está a punto de ser expulsado como "extranjero indeseable". Este "extranjero indeseable", que nunca ha estado en tratamiento psiquiátrico, está luchando desde hace años, quizás se podría decir: preventivamente, contra el mismo sistema hospitalario-psiquiátrico de su país natal, que aquí en nuestro país (Italia) se está disolviendo por ley. La venganza de los médicos, últimamente en la prisión de Wittlich, le ha proporcionado terribles experiencias. Como se puede desprender de su solicitud de asilo, le esperan cosas aún más terribles de parte de los médicos. El público comprometido con la política sanitaria hará bien en preguntarse ya ahora, si se disuelven los costosos hospitales en el propio país sólo para tener un pretexto para implicar e incluir a las autoridades extranjeras en su plan de salud-salvación.

Spirali: La palabra clave patopráctica la habéis introducido vosotros, el Frente de Pacientes, hace dos años en nuestra discusión del Congreso sobre el tema violencia. Con vuestra patopráctica, en lugar de insertaros en el marco de dicha discusión sobre la violencia, lo habéis comprimido y prensado, este marco, hasta que allí tan sólo encajase el médico, esa magia asesina personificada, la que vosotros combatís como iatraquía. ¿Qué huellas y experiencias llevan y conducen al camino del método patopráctico?

Frente de pacientes: El sistema sanitario alemán del que nosotros venimos es mundialmente de primera clase. El Tercer Reich no fue más que un mega-evento médico-político de salud. Las matanzas en los campos de concentración se dirigían sólo contra pacientes, al principio, en todo caso; luego contra pacientes como judíos, etc. Y, de nuevo, las yeguas humanas de criadero del programa Lebensborn habían de ser sanas y nada más: según las declaraciones médicas oficiales, la pertenencia a la raza no importaba. Recipe (tómese): la primera Guerra Mundial. Y la fórmula mágica respectiva: "La esencia alemana será la salvación y sanación del mundo" [Am deutschen Wesen soll die Welt genesen]. En dirección opuesta a este rastro de salud, encontramos, antes de dar paso a la patopráctica, otro rastro. Llamémoslo patocéntrico. Se diferencia de la huella de sangre del sistema sanitario en que saca y extrae toda su actividad de la enfermedad, pero que la niega en el acto en nombre del intelecto. Con HEGEL, si uno se hace suyo su método dialéctico convirtiendo al mismo HEGEL en objeto de estudio, quizás uno se entere más sobre esto. También se entera uno mucho del caso de los médicos-sacerdotes de Babilonia. A estos listísimos mestizos semitas les llamó la atención que la enfermedad es más fuerte que el cosmos siempre cuando el paciente contrarresta radicalmente el curso aparentemente "natural" de la enfermedad, al apoyarse en la experiencia colectivizada de los pacientes y en nada más. Sobre este sistema patocéntrico de simpatía, que en todo caso unió a un gran pueblo de mestizos durante siglos, los sacerdotes médicos han erigido su famoso sistema de comunicación de mala fama puramente técnico de astrología, adivinación y mando en total, en resumen, su Estado terapéutico, y el resto: la desorientación en el caos de lenguas a pesar de la construcción de la torre, por todos los niños conocida. Según HEGEL, el "liberarse de todas las barreras", comenzando con las de "espacio y tiempo", ese "magnetismo orgánico", esa "infección mágica", corresponde, aparte de la enfermedad, sólo al "espíritu en su carácter absoluto". El Espíritu le dejó a HEGEL la opción de elegir. Y él eligió al espíritu. Paciente no quería ser porque ya a los diecinueve años un amigo suyo lo había dibujado en una pared cabizbajo y arrastrándose con muletas y añadido por escrito: "¡Que Dios ayude al anciano!"

Spirali: Por lo tanto, vosotros rechazáis el enfoque patocéntrico porque éste persigue la enfermedad sólo como botín y tanto más rechazáis todos los modelos de salud. Igualmente, la medicina popular, la naturopatía y el autotratamiento.

Lo que reivindicáis para vosotros y esperáis de todos los demás es: ser paciente. ¿Qué relación hay entre esta reivindicación y la patopráctica?

Frente de pacientes: Haced simplemente la prueba sólo una vez y comprometeos vosotros mismos y comprometed a los otros con la enfermedad, pero al mismo tiempo haced todos los esfuerzos humanamente posibles para seguir y manteneros como animales de costumbres. Sentiréis y os hacen sentir: ¡eso no funciona! Para "nuestra" sociedad, ahora como antes en el signo del zodiaco de animales de costumbres, opuesto a la libertad, de la antigua Babilonia, los pacientes son la única droga a prueba de habituación, lo mismo que sucede con la enfermedad para el paciente. ¡El énfasis puesto a prueba de habituación, bien entendido! La relación entre enfermedad y método, paciente y patopráctica, es que lo uno no puede prescindir de lo otro. Mientras permitamos a los médicos que estigmaticen a los pacientes como mutilados, locos, etc., en lugar de hacerlo nosotros mismos en cualquier ocasión por inapropiada que sea, no rompemos ningún hábito, ninguna costumbre, no cambiamos ninguna relación, ni mucho menos la que tenemos con nosotros mismos, no disolvemos ninguna práctica médica, tanto menos cuando caemos en manos de los médicos. De nuevo para todos: sólo el ser paciente es un hábito y una costumbre que fallan, son peores que cualquier otro mal hábito, entonces no es ningún hábito en absoluto.

Spirali: ¿Cómo funciona el método patopráctico en la así llamada vida política?

Frente de pacientes: Con pacientes no se puede hacer alarde ni mucho menos hacer un Estado. La posición y el estamento verticales y erguidos del médico en su honorabilidad de crear permanente capacidad de trabajar, ya de por sí, nos tilda –¡trabajando a destajo o postrados en cama, da igual! – de clase horizontal, cuyo honor y dignidad vuelve a comenzar solamente en el cementerio. La fiesta insurreccional de la enfermedad como patopráctica siempre es completamente al mismo tiempo un preludio ofensivo e hiriente de un funeral de Estado en materia de derecho y política. El interés político también no es sino uno genuinamente médico: En cuanto que entremos en cuenta como donantes de órganos o testadores o incluso como armería revolucionaria de la enfermedad, en la política sólo cuenta lo que sea provechoso para la salud. Pero el poner el carro delante del buey, no sale bien. No obstante lo que sale siempre bien, es la "infección mágica" …

Spirali: ¿La patopráctica convierte a los actos fallidos [Fehlhandlungen] y a los artefactos en políticamente virulentos?

Frente de Pacientes: Inevitablemente también eso. Hirientes, ofensivos por la enfermedad [kraenkend]. ¿Probablemente pensáis vosotros en el eco de prensa deliberadamente difamatoria sobre el arresto temporal del paciente de frente G.S.? Sí, de hecho, teníamos la impresión de un cuerpo amorfo, y al mismo tiempo del nuestro, de un cuerpo sin forma, del transfronterizo Nosotros, frente al cual, dicho en palabras de HEGEL, "el concebir se hace a sí mismo imposible por la condición previa de personalidades autónomas y recíprocamente independientes". ¡En el país donde el tratamiento forzoso fue abolido, G.S., un trabajador asalariado por hostilidad contra la terapia, está acreditado, identificado y expulsado por su solicitud de asilo! Entretanto sus perseguidores judiciales de aquí son considerados discapacitados mentalmente e inimputables, de manera oficial y notoria (¡!) incluso entre sus colegas, por estar ligados y comprometidos con los médicos. Pero, como y donde sea: todas las decisiones, actos fallidos, malas praxis y negligencias médicas están relativizados patoprácticamente. Si la energía patopráctica de la resistencia de los pacientes en Italia será suficiente para ahorrarle al menos a un paciente -en representación de toda la clase horizontal- más acciones agónicas contra los médicos detrás de los muros de la vergüenza de la República Federal de Alemania, esto y más se demostrará inevitablemente con el ejemplo G.S.

Spirali: ¿Sois conscientes de que no son pocos los que sospecharán de que estáis creando mitos, cuando en el contexto de la patopráctica llegáis con expresiones como clase de pacientes, fiesta de la enfermedad, materia universal amorfa, o lo llamáis cuerpo sin forma, cuerpo amorfo y más cosas similares? G.S., él totalmente solo como cualquier otro, tiene que ver cómo se las arregla para salir adelante, a saber: sobrevivir, eso podría objetarse contra vosotros, porque G.S. no es la patopráctica ni una piedra de toque para la resistencia de los pacientes ...

Frente de pacientes: Conocemos estas preocupaciones. En cuanto a lo primero, hace poco un profesor de filosofía alemán, a quien hemos atacado públicamente porque trató de servirse en contra de todos los pacientes de las hipótesis metapsicológicas de Freud sobre el instinto de muerte y el beneficio del placer de la enfermedad [Krankheitslustgewinn], este profesor nos contesta que lo que practicamos nosotros, sería una teodicea delirante y justificación de Dios con respecto a la enfermedad, sin ser nosotros mismos pacientes reales. El declarar en una misma frase a un sano como enfermo por su placer demencial de muerte, eso sí sólo puede permitirse un amigo de los iatrócratas, ¿cierto? Pero aparte de eso: al que no le gusta el método patopráctico porque éste "mitifica" la enfermedad para conseguir y realizar la plenitud y el cumplimiento revolucionarios, no quiere reconocer que el salto cualitativo, el estado de excepción, el milagro como irregularidad y anomalía, son atributos integrales de la patopráctica, intercambiables como lo son enfermedad e irregularidad, intercambiables como lo son la técnica cotidiana y algunos conocimientos básicos de las ciencias naturales.

La técnica puede convertir la noche en día, la patopráctica incluso a la vida cotidiana en un estado de excepción cumplido revolucionariamente. El campo de fuerza a partir de la enfermedad que desacostumbra y libera de hábitos al cuerpo, que le da cuerpo a la liberación, no es ningún mito: para serlo, "carece" de poder curativo, el mismo poder curativo que el médico saca como por arte de magia de cualquier toma de corriente doméstica, del Sol y de la Tierra, cuando imita, en forma de la medicina nuclear, la fiebre debida por putrefacción radiactiva del sol, la entropía, ese temblor de frío universal –por cierto un invento de aquel higienista racial llamado DE GOBINEAU, (¿ya lo sabíais?) – adelantada del universo al cuerpo del paciente en forma de convulsiterapia eléctrica o química, y en todo caso: el mito en tanto sospecha, por analítico que sea, es arte. De lo contrario, sería patopráctica: que es analíticamente, por no decir autolíticamente, claramente distinta de la sospecha, confianza y desconfianza, porque la relación de confianza en tanto relación entre médico y paciente es una relación que está rota desde hace mucho tiempo.

Sobre la segunda parte de la pregunta sólo habría señalar que, dado todo esto y el caso singular-individual, que a los presos que han renunciado a su resistencia de pacientes o que en cualquier caso han hecho causa común con los médicos, a pesar de todas las promesas, a ninguno de ellos se le permitió salir del encierro en la clínica, de ninguna de las prisiones, a no ser que estuviera clínica o políticamente muerto. Patopracticante se es para toda la vida.

Spirali: Hace cuatro años, vosotros habéis estado aquí ya una vez en una situación similar. En aquel entonces nos habéis informado, principalmente en abreviaturas políticas, sobre una patopráctica que se sumerge en la enfermedad, que se fija en ser paciente, se calla como una tumba y hasta la tumba, hace uso del hambre y de la sed como huelga de hambre y sed hasta la tumba, que se niega a testificar y ya desde años no desdeña ningún remedio, ni santifica ningún medio, para hacer pública la enfermedad. Para U. y W. HUBER, de quienes se trataba en aquel entonces, nos reunimos y tuvimos en seguida una resolución y tres mil firmas en muy poco tiempo, pero el Ministro de Justicia mandó decir que no vive allí. Nuestra resolución fue devuelta con la nota "destinatario desconocido" a pesar de la dirección correcta aunque fue debidamente remitida por nosotros, tal como se podía verificar.

Frente de Pacientes: El señor Ministro de Justicia Dr. Traugott BENDER, un robusto cuarentón, sucumbió a un innegable derrame cerebral la semana pasada. Vuestra resolución fue realmente un auténtico acto fallido. La enfermedad, el cumplimiento y la plenitud revolucionarios, no falta y no falla en ningún momento. En total, ella fue más puntual que el correo postal, fue patoprácticamente puntual, porque la enfermedad ya siempre está ahí, siempre está presente. El problema de hacerla pública, radica en los principios, en lo fundamental. Los artistas y otros técnicos buscan su salud-salvación en el fin, en el objetivo y en el número, en la medida y en el medio. Los patopracticantes deben saber arreglárselas por sí mismos. La patopráctica es el recurso de urgencia de mayor peso, pero nada se sobrelleva tan ligeramente y nada así de liviano y ligero tiene tan largo alcance. El comandante médico de la fortaleza-prisión de Hohenasperg, responsable de las torturas por nutrición forzosa de aquel entonces en la prisión de Stammheim contra W. HUBER y contra U. HUBER, pronto tendrá que ser reemplazado por tercera vez. El primero de ellos había sido tomado y reclutado de las Waffen SS de Hitler y durante treinta años había cumplido lo que había prometido. Vuestra resolución había pasado por sus manos. Se retiró del servicio pocos meses después del término de la primera huelga de hambre patopráctica. Su sucesor Dr. MECHLER provenía de la organización comunista así llamada Unión Alemana de la Paz [Deutsche Friedensunion, DFU]. Tras dos años, completamente desgastado por una huelga de hambre de dos meses llevada a cabo por el siguiente patopracticante, también él no sólo había usado torturas por nutrición forzosa y psicofármacos para intentar romper esta patopráctica, sino que incluso había hecho que un funcionario de mayor rango de la oficina federal de investigación criminal [BKA] viniera a la prisión-fortaleza Hohenasperg, expresamente desde Bonn, para intentar negociar una tregua entre la patopráctica y la iatrarquía. En vano.

En cambio, vuestra resolución no fue en vano, estuvo en boca de los prisioneros al haber sido trasmitida por la radio y ondas de éter radiofónicas antes de que hubiera sido archivada por el psiquiatra de guerra y del Reich hitleriano de mil y treinta años como máxima autoridad de censura. Los archivos se vuelven mulas de carga patocéntricas de la costumbre y el hábito. Pero el criterio de acción es y sigue siendo la patopráctica.

Spirali: Lo que nos lleva otra vez al inicio y esta vez también al final. Todavía una última pregunta. 
Vuestras exposiciones en vuestra contribución al debate que citamos al principio son por consiguiente simplemente protocolos de acción vivida y experimentada, desligados de G.S. y otros nombres, en general de todos los nombres. "Sin enfermedad no hay mundo, ni realidad efectiva, ni orientación": Uno de nosotros realmente ha sentido la chispa crepitante, febril y contagiosa en el hielo polar de una tensa lógica de vida en vuestro texto oponiéndolo como algo distinto a humo de paja retórico. El lenguaje es la tumba de cada deseo y cada satisfacción. Para activar a la enfermedad, vosotros, si es necesario, os exponéis a sequías e inundaciones, a hambre y a sed. El lenguaje: el anuncio de la pérdida por excelencia; la patopráctica: el cumplimiento y la plenitud revolucionarios a partir de la enfermedad. Hasta aquí bien. Pero ¿sería posible traducir la patopráctica a un lenguaje que realmente le facilite a cada cristiano comprender de qué se trata, siempre teniendo en cuenta mientras hablamos, de que en ninguna parte se miente tanto como en el lenguaje?

Frente de pacientesYo soy el camino, la verdad y la vida.

Spirali: Eso es suficiente. Agradecemos esta conversación.

Frente de Pacientes, 1978

Traducción: PF/SPK EMF Colombia, PF/SPK EMF Espa, 13.08.2020