SPK/PF EMF Colombia: Carta de agitación

¡Hacer de la enfermedad un arma revolucionaria del cambio y del conocimiento!

¡CON enfermedad CONTRA la realidad iatrocapitalista!

 

Para nosotros se trata justamente de poner la fantasía en acción para hacer juntos con otros esa nueva realidad que todos anhelamos y que no existe y por eso fantaseamos con ella: la Especie Humana que falta y que solamente existe si la creamos nosotros, nosotros juntos.

El anhelo es justamente ese: el anhelo de relaciones verdaderas en que apoyarse y confiar, el anhelo de una nueva realidad que no se puede consumir ni viene en pastillas ni en inyecciones ni viene de ninguna terapia. Hacer Colectivos Socialistas de Pacientes es el comienzo para realizar esa fantasía.

 

8.3.2021

Hola,

KRRIM – PF-Verlag fuer Krankheit (KRRIM – PF-Editorial para Enfermedad) nos ha remitido su carta. Muchas gracias por hacer click en la stromzeitung (biblioteca para la enfermedad, y periódico electrónico del SPK/PF(H) y los EMFs), y por escribirnos.

Vamos a comenzar con la conclusión que se deriva de lo que usted nos ha compartido:

En las diferentes unidades EMF* (Expansionismo Multifocal) del SPK (Colectivo Socialista de Pacientes) / PF (Frente de Pacientes), una vez los pacientes constatamos que nos están haciendo daño, y que eso es lo que se manifiesta como enfermedad, lo importante y decisivo es entonces pasar a la acción de confrontación.

* Expansionismo multifocal

Un ejemplo, un protocolo de acción recientemente publicado, lo encuentra usted aquí: spkpfh.de/Patopractica_juridica_contra_internamiento_medico_forzoso_EMF_Col.htm, que trata justamente de una acción patopráctica (acción de lucha basada en la enfermedad y su fuerza revolucionaria) contra el internamiento forzoso en una institución psiquiátrica.
Y aquí: usted encuentra las memorias de otra acción patopráctica que tuvo lugar hace años, pero que sigue replicándose renovada y eficazmente hasta ahora: spkpfh.de/gente_internada_atacan_a_la_terapia.htm, llevada a cabo por pacientes en otro hospital psiquiátrico. Pues ejemplos para la orientación y para animar otras actividades patoprácticas por doquier.

Y ahora vamos con algunas de nuestras reflexiones colectivas sobre los aportes que usted nos ha compartido:

Tiene usted razón: nos enferman, a todos. El sufrimiento manifiesta y corrobora que el daño proviene de afuera. En el capítulo 20 (abolición del papel de objeto en el colectivo) del libro SPK-Hacer de la enfermedad un arma, que suscitó nuestra primera charla agitadora en el internet, se hace referencia precisamente a este primer estadio de la enfermedad: el sufrimiento como expresión de la contradicción entre la creencia subjetiva de ser sujeto versus el real papel de objeto al que es forzado cada paciente con respecto a las condiciones nocivas imperantes: el iatrocapitalismo. Pero este es sólo el comienzo del camino. Como allí se explica, este sufrimiento contiene en sí mismo el impulso para luchar contra eso que hace sufrir: la enfermedad es también protesta.

El método del SPK consiste precisamente en partir de ese sufrimiento y de la respectiva protesta, para superar y vencer el momento reaccionario de la enfermedad, la inhibición, y activar y desplegar su momento progresivo, la protesta, hasta materializar la enfermedad en acción revolucionaria colectiva: dirigir la enfermedad hacia dónde proviene, contra sus causantes y sus causas sociales. Y como pacientes de confrontación, tenemos nosotros que decirlo explícitamente y bien claro para evitar equívocos: los principales responsables son los médicos, la clase médica, que es la clase dominante del iatrocapitalismo.

Estamos de acuerdo con usted, y tiene toda la razón al advertir que los médicos en general y los psiquiatras en particular: enferman. O sea, contrario a lo que dicen hacer, más bien refuerzan el momento reaccionario de la enfermedad, la inhibición: aíslan al paciente, le culpabilizan de “su” enfermedad, no en último lugar le tratan de hacer creer que se trata de un “desorden químico o fisiológico” o sea de algo “malo” en su cuerpo, y al mismo tiempo anulan así el momento progresivo de la enfermedad: reprimen y suprimen la protesta contra el iatrocapitalismo que nos enferma.

Adicionalmente, tal como usted ha experimentado en carne propia, se aprovechan los médicos -para su beneficio- de esa vulnerabilidad, es decir, del debilitamiento y estado de indefensión al que el paciente ha sido conducido forzosamente por la demoledora realidad iatrocapitalista. Los médicos refuerzan esa vulnerabilidad, la agudizan y la explotan a favor de mantener ellos -los médicos- el control, su poder como clase y sus prerrogativas personales (puesto, prestigio, salario, etc.). Y sirve para ese propósito todo su ritual médico-psiquiátrico, incluyendo la palabrería médica llena de extranjerismos que confunde y tergiversa la enfermedad. Al respecto del uso del lenguaje como arma de dominio, y sobre más aspectos, puede encontrar algunas reflexiones en la retraslación de transparencia hecha por el SPK/PF(H) al prólogo que J.P. Sartre escribió al mencionado libro SPK-Hacer de la enfermedad un arma, que puede leer aquí: spkpfh.de/prologo_Sartre.htm

También tiene la razón cuando advierte que la así llamada “paranoia” o “manía persecutoria” está no sólo bien fundada, es decir, se trata de una reacción corporal completamente adecuada a una realidad hostil y nociva como es el iatrocapitalismo, sino que además, el momento reaccionario de la así llamada paranoia, o sea la paralización, la inacción causada por el temor, ese momento reaccionario de esa enfermedad singular, es en efecto reforzado por los mismos médicos-psiquiatras con su tratamiento, y no inadvertidamente.

Y cabe notar que el terror médico no solamente se aplica en el contexto de las así llamadas -por los médicos- “enfermedades mentales” sino que es usado en general en contra de la enfermedad, para consolidar y acrecentar el poder médico, y para reprimir la protesta y la toma de conciencia de la clase de pacientes. Usted pudo haber advertido cómo esto sucede en acción global intensificada actualmente con el pretexto del así llamado “coronavirus”. Es cierto, “emparanollan” como usted dice, es decir, aterrorizan. Y los pacientes tienen razón en constatar que ese miedo así exacerbado y explotado, tiene causas y causantes, y entonces de lo que se trata es de dirigirse contra esas causas y contra esos causantes, dirigir la enfermedad contra los responsables, convertir así la enfermedad en acción revolucionaria. Sobre la así llamada “manía persecutoria” y cómo aquella es trabajada colectivamente en el SPK, y abolida en el hacer de la enfermedad un arma, puede referirse al capítulo 32 del mencionado libro SPK-Hacer de la enfermedad un arma, disponible aquí: spkpfh.de/SPK_Hacer_enfermedad_Parte_VI_Enfermedad_y_capital.htm#32_Ejemplo_mania_persecutoria.

Como sabrá, los métodos del terror médico incluyen los internamientos forzosos, la medicación coercitiva con neurolépticos, que como usted ha experimentado en carne propia tienen efectos aletargantes y disuasorios, o sea represivos de la protesta o sea de la vitalidad. Y también, como usted refiere, se sirven del lavado de cerebro o como también lo llamamos nosotros: imperialismo cerebral (ver al respecto: spkpfh.de/iatroimperialismo.html); y como usted ha notado: el aparentemente simple “hacer rabiar” (encolerizar, aquí decimos “sacarle la piedra al otro”, pues “sacarle de casillas”) se usa en realidad como un arma deliberada de manipulación contra los pacientes, que además se reproduce en la cotidianidad, en las así llamadas relaciones interpersonales, que hacen mímesis de esa relación médico-paciente, de paso atizando divisiones improductivas entre los pacientes. El polo médico de la relación explota los afectos inhibidos del paciente y provoca su exteriorización en forma de rabia y otros afectos -justos- que son protesta, pero liberados sin rumbo fijo, lo cual es nuevamente aprovechado como pretexto para activar más represión, más internamientos coercitivos, más terapia, más aleccionamientos, castigos, etc. Solución: crear colectivos de pacientes que se apoyen mutuamente tomando como base la enfermedad común y dirigir la rabia en forma de acciones revolucionarias eficaces – por ejemplo jurídicas – contra los causantes exteriores: la clase médica.

Neurolépticos, fármacos (del griego: venenos), imperialismo cerebral o lavado de cerebro (iatroimperialismo), lenguaje, leyes, noticias, pero también reales armas químicas, biológicas y atómicas, son parte del arsenal de la guerra iatrobióntica de los médicos contra todos, sobre la cual encuentra usted también algunos escritos en nuestra stromzeitung, por ejemplo, y a propósito del contexto actual: spkpfh.de/Maquinaciones_de_los_medicos_coronavirus_EMF_Col.htm. Tal como usted ha notado, en esta guerra iatrobióntica también los soldados son explotados y afectados – como pacientes – por los médicos y sus chapucerías, y al respecto puede leer algunas anotaciones en: spkpfh.de/Guerra_iatrobiontica.htm#Guerra%20iatrobiontica.  

Y al leer su carta nos acordamos de que en los años 60’s del siglo pasado, el presidente de la asociación mundial de psiquiatría, un tal Ewen Cameron, reputado médico-psiquiatra, coordinó un programa de así llamado “control mental” y “guerra psicológica”, llamado MK-ULTRA, financiado por la CIA y llevado a cabo coercitivamente con cobayas humanas, o sea contra pacientes, dejando una estela de daños y muerte, especialmente en Canadá y Estados Unidos. Pero no queremos desenfocarnos con ejemplos, que hay abundantes, sino confirmar así que existe la guerra iatrobióntica, pero, para volver al punto, lo más importante: advertir que esa guerra sucede cotidianamente y la ejecutan todos los médicos, sean o no plenamente conscientes de ello, pero tampoco inadvertidamente, como a veces cínicamente pretenden exculparse.

Y tiene usted razón en percatarse de que se impide a la gente la adquisición y entrenamiento en conocimientos eficaces en la autodefensa, y esto a través de distintos dispositivos incluyendo el habituar a la gente a mantenerse adaptada y a negar delirantemente el hecho de que estamos bajo guerra iatrobióntica permanente. Procuran desarmar a la gente. Ya la relación terapéutica médico-paciente precisamente se basa en tratar al paciente como un objeto “sin derechos”, reforzando su estado de indefensión, procurando desarmarle incluso de los recursos jurídicos con que cuenta para defenderse.

Pues bien, esto establece el derecho a la autodefensa de parte de los pacientes, por ejemplo mediante el uso y establecimiento de recursos jurídicos como los mencionados al principio de esta carta, derivados de experiencias de lucha que son otra prueba de lo que usted menciona sobre el accionar belicista y hostil hacia los pacientes perpetrado por la clase médica, pero ante todo son ejemplos de cómo oponerse patoprácticamente. Hay razón en estar alerta, y actuar consecuente y colectivamente.

Así pues, y para finalizar esta carta, le agradecemos el haber compartido detalles de sus dolores y confrontaciones, y creemos que la conclusión que se deriva de todo ello la hemos puesto justamente en el primer párrafo de esta carta. Una carta quizás un poco extensa, pero que no pretende abarcar ni agotar todos los temas ni mucho menos, ni tampoco pretende cargarle con un montón de textos sino que sirva ojalá de orientación sobre cuáles textos de nuestra stromzeitung podrían ser de su interés inmediato, de acuerdo con los detalles y contenidos que usted nos ha manifestado en su carta, pero ante todo en vista de lo patopráctico.

Y ya que hemos mencionado la fantasía: para nosotros se trata justamente de poner la fantasía en acción para hacer juntos con otros esa nueva realidad que todos anhelamos y que no existe y por eso fantaseamos con ella: la Especie Humana que falta y que solamente existe si la creamos nosotros, nosotros juntos.
El anhelo es justamente ese: el anhelo de relaciones verdaderas en que apoyarse y confiar, el anhelo de una nueva realidad que no se puede consumir ni viene en pastillas ni en inyecciones ni viene de ninguna terapia. Hacer Colectivos Socialistas de Pacientes es el comienzo para realizar esa fantasía.

Finalmente, para terminar esta carta, si al leer nuestros textos surgieran interrogantes, invectivas, propuestas patoprácticas a llevar cabo y quisiera discutirlas colectivamente pues somos todo oídos. Por supuesto también cabe leer y discutir colectivamente junto con otros a su alrededor los textos que hemos compartido. El impulso: la enfermedad todo en común.

 

¡Fuertes por la enfermedad!

SPK/PF EMF Colombia 

15.04.2021